“Acaban de llamar a mi casa y le dijeron a mami: ’Mi nombre es Cristina, usted no me conoce, soy testigo de Jehová y como ahorita no podemos visitar las casas...’”
Eso nos contó una vecina de Guadalupe, quien recibió la llamada de una seguidora de este grupo religioso. Cabe recordar que a los miembros de esa iglesia, antes de la pandemia, era común verlos de dos en dos, tocando los portones de nuestras casas armados con la biblia, sombrillas y bloqueador solar a la espera de dar un mensaje de la Palabra de Dios.
La Teja contactó a Pedro José Novoa, de la sección de información pública de esa iglesia, quien nos confirmó que están implementando esa forma para hacer llegar su mensaje, ante la imposibilidad de seguir tocando timbres.
“Efectivamente, hemos buscado formas alternativas de brindar ánimo a nuestros vecinos. La pandemia y el aislamiento han traído la necesidad de unas palabras de aliento, de ánimo y esperanza. Incluso de comunicarnos con alguien fuera de nuestra burbuja social.
“Por eso, utilizando la guía telefónica digital, ubicamos los números de teléfono fijos de nuestros vecinos y los llamamos en horarios oportunos para leerles algún breve pasaje bíblico motivador. Hemos encontrado muy buena acogida a estas breves llamadas, lo cual nos hace sentirnos útiles a la sociedad. Hay mucha incertidumbre a nuestro alrededor y muchas malas noticias. Nosotros los llamamos para compartirles una sonrisa, un saludo amable y algún pensamiento espiritualmente estimulante”, nos comentó Novoa.
Los números de teléfono residenciales los buscan en la dirección www.kolbi1155.com.
“Llamamos a números de nuestro vecindario para no duplicar las llamadas de nuestros compañeros de otras localidades. Por esa razón no llamamos a celulares. No queremos dar la impresión de que los estamos acosando telefónicamente, ya que es algo que estamos haciendo en todo el país. De hecho, no solo en Costa Rica, sino que lo hacemos en todos los países”, dijo el vocero.
Agregó que las llamadas son breves, con una duración promedio de tres minutos. Cada miembro utiliza sus propios recursos y su propio teléfono, ya que lo hacen desde sus casas.
“No llevamos una estadística de cuántas personas participan ni de cuántas llamadas diarias se hacen, ya que cada uno lo realiza a nivel personal. El control lo lleva cada congregación, evitando que se llame muy frecuentemente a la misma persona”, explicó.
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Los testigos de Jehová desde hace mucho tiempo han hecho este tipo de llamadas, pero antes de la pandemia era una modalidad que utilizaban los miembros con dificultades de movilidad, como adultos mayores, personas con discapacidad o enfermos. No obstante, desde que inició la restricción sanitaria, a finales de marzo, se animó a todos los miembros a utilizarla más.
Gente agradecida
Novoa nos contó un ejemplo. Contactaron a alguien que tenía un familiar muy deprimido porque había perdido a su madre a causa del covid. Esa persona solicitó que por favor llamaran a ese pariente porque necesitaba mucho apoyo. La llamada se hizo y esta persona agradeció profundamente el interés y el apoyo emocional y espiritual. Incluso, se ha mantenido un contacto frecuente y se le continúa brindado ánimo.
Otro contacto fue con una persona mayor que se contagió del virus, al igual que su pareja. Esto les produjo mucha angustia. Con ellos han compartido pasajes bíblicos animadores y les han dado seguimiento. También agradecieron mucho.
Cartas de apoyo
Aparte de las llamadas, los testigos de Jehová también escriben cartas y envían correos electrónicos.
“También escribimos cartas con el mismo tono y las distribuimos de forma segura, colocándolas en exhibidores a la entrada de nuestras casas o en nuestros negocios (si los tenemos), en donde las personas las pueden tomar libremente y llevarlas consigo. Además impartimos cursos bíblicos que llevamos a cabo por videollamada y todas nuestras reuniones las celebramos en línea, valiéndonos de plataformas como Zoom”, explicó Novoa.