EscucharLa Iglesia Patriarca San José de Orosi, más conocida como el Templo Colonial de Orosi, en Paraíso de Cartago, necesita de su ayuda para mantenerse en pie.
Y es que, según un estudio del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), este templo, uno de los pocos que aún se mantienen de la época colonial, tiene serios problemas estructurales y podría caerse si no se hacen restauraciones.
Esto llevó a que el templo abriera un periodo de donaciones, para recaudar los más de 2 mil millones de colones que se necesitan para restaurarlo a su antiguo esplendor.
Daños
Ahora, ¿qué tan crítica es la situación? En realidad, bastante.
Al parecer, se juntaron las ganas de comer con el hambre y, entre la cantidad de sismos que ha vivido, el peso de las tejas del techo, la humedad y el suelo, el edificio se ha ido desplazando.
Todo esto llevó a que la estructura sufriera una inclinación que va desde el fondo, hasta el frente de la edificación. Así como que las columnas de madera tengan desplomes de diversas magnitudes.
Pero no todo está perdido y usted puede ayudar a salvar este templo haciendo su donación a través de Sinpe Móvil al número 8750-2521, a nombre de Temporalidades de la Diócesis de Cartago, o con una transferencia a la cuenta CR68 0151 0281 0010 0014 80.
Rica historia
Y es que, vale la pena salvar esta iglesia por toda la historia que cuentan sus paredes.
Esta parroquia fue construida en el siglo 18, entre los años 1743 y 1766, por misioneros franciscanos.
Específicamente, en 1743 se edificó el convento para, diez años después, en 1753, erigir la parroquia. Pero, no fue hasta 1766, cuando se finalizó la construcción del templo, convirtiéndola en la iglesia más antigua de Costa Rica aún en funcionamiento.
Para 1920 se le declaró Patrimonio Nacional, en 1980 se convirtió en Monumento Histórico Colonial y en 1996 pasó a ser Patrimonio Histórico Arquitectónico de la nación.
Ahora, no piense que el templo ha pasado desatendido todo este tiempo; en realidad ha sido restaurado en dos ocasiones, una en 1976 y la otra en 1980, pero los daños actuales son tantos, que sin su ayuda las puertas tendrían que cerrar para siempre.
