EscucharAna María Quesada y Allison, quien prefirió no dar su nombre real para evitarse broncas, son solo dos de los muchos ticos que, en algún momento de sus vidas, han sido discriminados, visto feo y hasta rechazados en sus trabajos, por tener tatuajes.
En el caso de Ana, esta modelo y actriz de 55 años, está harta de que la dejen por fuera o le pidan taparse sus tatuajes a la hora de aparecer en una producción.
“Hace unos años, trabajaba como extra en series de televisión y películas hechas a nivel nacional, también fui modelo y uno escucha todo tipo de expresiones”, nos contó.
“Cuando llegas a trabajar, te dicen: ‘la próxima vez venga con ropa de manga larga’ y, no queda más que hacerlo.
De hecho, recordó la vez que una productora de una importante cadena a nivel nacional, habló directamente con su director de agencia, para decirle que si quería seguir apareciendo en cámara, tenía que taparse sus tatuajes.
El caso de Allison es un poco diferente, ya que ella trabaja en una de las tiendas comerciales más grandes del país. Para evitarle problemas, no vamos a mencionar el nombre.
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“Siendo sincera la discriminación con respecto a los tatuajes varía mucho, ya que cada administrador de tienda es diferente”, explicó.
“Hay algunos que no les importa mucho, en el sentido que no hablan personalmente de eso y solo piden que uno se tape. Pero, hay otros que han hablado de eso, incluso, afuera del trabajo.
“Recuerdo que cuando entré, mi jefe de ese tiempo dijo que parecían delincuentes cuando tenían muchos tatuajes. En las charlas antes de la ‘contratación’, te comentan el por qué y, en teoría es porque tratamos con personal bastante mayor, o gente más “estudiada” (no mis palabras, si no una de las tantas opiniones de administradores) y se mira mal.
Incluso, nos contó que una vez vio cómo una compañera se salvó por lo pelos de que la mandaran a la casa, porque se le asomó un tatuaje en el cuello. Pero como llevaba camisa de cuello largo, se lo perdonaron.
No obstante, este tipo de situaciones pronto podrían acabar.
Al rescate
Y es que, desde el 2023, el Partido Frente Amplio presentó un proyecto de ley para ponerle fin a la discriminación en los centros de trabajo contra las personas que están tatuadas o tienen piercings y expansiones.
Ahora, si bien el proyecto estuvo un poco callado en estos años, recientemente pasó por la Comisión de Asuntos Sociales y cada vez están más encaminado a convertirse en una realidad.
“El proyecto de ley reforma los artículos del Código de Trabajo 70, 404 y 410″, explicó en entrevista para La Teja, el diputado frenteamplista, Antonio Ortega.
“Lo que pretendemos es acabar con la discriminación por el tema relacionado a tatuajes”.
Ahora, ¿cómo planean hacerlo?
Como se explicó, con este proyecto se amplía el Código 404, para que dentro de las prohibiciones por discriminación se incluya que “será extensiva por motivos de vestimenta, tatuajes, perforaciones y otras formas de expresión corporal.”
De esta forma, se imposibilita a los patronos a sancionar a sus trabajadores por tener tatuajes o andar perforados.
Este proyecto nace, según explicó Ortega, por la falta de seguridad jurídica en cuanto a este tipo de discriminaciones.
“Nació a raíz de un voto de la Sala Constitucional de febrero del 2023, que señaló que la falta de legislación específica o clara en esta materia, lleva a considerar que las justificaciones dadas por los patrones para pedir que se cubran tatuajes o perforaciones, no tengan que ser razonadas o explicadas con fundamento.
“Este vacío permite al empleador decidir el aspecto físico de la persona empleada, restringiendo el derecho fundamental a la libertad de expresión, a la imagen y libre desarrollo de la personalidad”, denunció.
Entonces, la idea es ponerle un alto a esto y que, en caso de aplicar una sanción o pedir que se los cubra, el empleador tenga que justificar el porqué.
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Por otro lado, en los casos en que se determine que una persona quedó fuera de un proceso de contratación por tener tatuajes, se pueden aplicar sanciones contra el patrono.
Excepciones
Ahora, eso no quiere decir que no hayan excepciones, el proyecto de ley deja muy claro cómo va a funcionar.
“El proyecto sí especifica excepciones, por ejemplo, cuando se afecte gravemente el desempeño de las labores, cuando se compromete la salud de otras personas trabajadoras o de terceros, cuando afecte el interés público”, aclaró.
“Por ejemplo, si es un tatuaje que promueve la discriminación o el odio. También, si los tatuajes o perforaciones generen un impacto negativo en otra persona dentro del entorno laboral.
“Por ejemplo, alguien que tenga que trabajar con personas, digamos que una condición psicológica frágil, se prohibe si algún tatuaje o alguna perforación puede afectar el desarrollo de la terapia o, el estado emocional de la persona.
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Este proyecto lleva el apoyo del diputado del Partido Liberal Progresista, Diego Vargas; la liberacionista, Andrea Álvarez; el oficialista, Manuel Morales y la diputada independiente, Kathya Cambronero.
El siguiente paso es esperar a que el informe de la Comisión de Sociales esté listo, para incluirlo lo antes posible en la agenda del Plenario y que, en caso de necesitar más cambios, hacerlos rápido.
