María Fernanda Torres tiene 10 años y todos los días viaja en buseta desde San Sebastián hasta la escuela María Auxiliadora en barrio don Bosco.
Ella asegura que casi siempre se pone muy bien el cinturón de seguridad, lo decimos así porque en ocasiones se le olvida, por eso la mamá, doña Marianela Moreira, lucha todas las mañanas para que a la pequeña siempre lo haga y vaya bien segura.
Doña Marianela está tranquila porque la buseta en la que viaja su hija está puras tejas con los permisos, pero no se confía, como cada tres meses la revisa para confirmar que el extinguidor esté al día, que tenga el botiquín y que las llantas estén pura vida.
Esta mamá motiva a todos los tatas para que ellos sean los principales “policías” de la seguridad de sus hijos en ese tipo de transporte.
Y tiene mucha razón doña Marianela, ya que los papás deben ponerse de acuerdo con el dueño de la buseta que transporta a sus hijos para hacer al menos tres revisiones al año.
Si no lo hacen, están dejando en manos de otro la responsabilidad de vigilar que el vehículo esté en perfectas condiciones para transportar lo más valioso de los hogares, los pollitos que van a estudiar.
Organización y unión
Jennifer Hidalgo, de Riteve, también considera que los tatas deben ser los primeros vigilantes de las normas de seguridad y no atenerse que la buseta aprobara la revisión técnica, ya que ese chequeo se hace una vez al año y en ese tiempo muchas cosas le pueden pasar a la unidad.
“Es importantísimo que los papás de los chiquitos se organicen para que, junto con el dueño de esa buseta, la revisen al menos unas tres veces al año, que confirmen que todo está bien, esa es una vigilancia fundamental para confirmar que están al día con la revisión técnica, el derecho de circulación y el permiso del Consejo de Transporte Público (CTP)”, afirmó Hidalgo.
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Es por eso que Riteve se unió con el Hospital de Niños, la Policía de Tránsito y el Consejo de Seguridad Vial para iniciar, desde este miércoles 7 de febrero, la campaña “Viajando seguros a clases”, buscando evitar que los miles y miles de pollitos que regresan este jueves a las aulas sufran accidentes de tránsito por el mal estado de las busetas que los transporta.
Hasta el pasado 6 de febrero, según confirmó el CTP, un total de 1.414 busetas que transportan estudiantes no contaban con la respectiva autorización. Más de siete mil serán las que anden en nuestras calles este 2018.
Defectos peligrosos
Cuando se revisa el último informe de Riteve (del 2016 porque el del 2017 sale en los próximos días), el transporte de estudiantes falla por aspectos tan fundamentales como frenos, llantas en mal estado y problemas en los compensadores, faltas graves que perfectamente pueden provocar un accidente de tránsito. Incluso, 523 busetas presentaron problemas en algo tan importante como el freno de mano.
La doctora Olga Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños, aseguró que los accidentes de tránsito con menores involucrados es algo, desgraciadamente, de casi todos los días y las consecuencias van desde lesiones leves hasta la muerte.
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“El número de niños que atendemos anualmente por accidentes de tránsito se ha mantenido constante en los últimos cinco años, supera los 100 casos al año, por eso es importante que los padres vigilen en qué tipo de buseta montan a sus hijos… hay que bajar esa cifra", afirmó Arguedas.