Los costarricenses nos enorgullecemos de nuestro sabroso tamal, al que le entramos con todo básicamente en diciembre, pero que cae bien en cualquier momento.
Este sábado mucha gente pudo echarles el ojo, y meterles los dientes, a tamales ticos, mexicanos y chapines durante la primera feria de este producto que encantó el sábado en el Barrio Chino de Chepe. Fue como si nuestro platillo se encontrara con primos, algunos medio parecidos y otros muy diferentes.
Si usted no pudo darse la vueltica para probarlos le contamos las diferencias y el parecido que hay entre cada uno para que se haga una idea y quizás la próxima se apunte.
Si usted es tamalero sabe que el secreto de un buen tamal está en la masa de maíz cascado, los condimentos, la manteca y el caldito que queda de la carne que les pondrá después en pedacitos. Todo eso se siente después en el sabor.
Una vez lista la masa se le pone la carnita, arroz arreglado con achiote, chile dulce, zanahoria, papa y petipoas (algunos agregan otros ingredientes, pero la base siempre incluye estos).
Ahora, ¿qué le agregan en los otros países a sus tamales? Para contestar esta pregunta les consultamos a los expositores que se participaron de la feria.
Chapines coloridos
Según nos dijo el embajador de Guatemala, don Juan Carlos Orellana, la única semejanza entre nuestro tamal y el guatemalteco es el maíz como base, pero ellos tienen varios tipos, tres de los cuales presentaron en la feria.
-El tamal rojo: lleva carne de cerdo o de pollo y la masa se aliña con manteca de cerdo, sal y el caldo de la carne. La tonalidad roja se la da el recado (salsa) preparado a base de tomate, chile dulce, ajonjolí, chile picante, canela, manteca de cerdo, achiote y sal. Al colocar los ingredientes se pone la masa, la carne, bastante salsa, aceitunas, alcaparras, pasas y tiritas de chile dulce. Se envuelve en hojas de plátano o de una planta llamada maxán (en Costa Rica se conoce como bijagua) y se ponen a hervir. En el agua se echan otras hojas de maxán para darle sabor.
-El tamal de elote es dulce y se prepara con los granos del elote tierno molidos, mantequilla, aceite, sal y azúcar. Se envuelven en la misma hoja del elote y se hierven, luego se sirven con queso y mantequilla.
-Tamal chipilín, le debe el nombre a una planta típica de Guatemala cuyas hojas se incorporan a la masa y le dan un sabor muy particular. También llevan queso, harina de maíz y manteca de cerdo. Se envuelven en hojas de elote y luego en las de plátano y se ponen al vapor.
En Guatemala también tienen un tamal negro hecho base de chocolate, pero esta vez no lo presentaron en la feria.
Mexicanos por montones
Según don Ramón Turranzas y Luis Téllez, quienes ofrecieron tamales de la tierra azteca, existen unos 150 variaciones de este platillo en su país, pero ellos nos hablaron de los más populares.
Tamal de cochinita pibil: harina para la masa, manteca de cerdo, sal, achiote y caldo de res. Se rellenan con cochinita pibil y escabeche de cebolla morada.
Tamal de pollo: La masa se prepara con el caldo de pollo, sal, polvo de hornear y manteca de cerdo y papa. Se rellena con pollo al gusto, varios tipos de chile, ajos, piel de tomate y comino.
Tamal dulce: La masa es a base de elote, lleva maicena, polvo de hornear, bicarbonato, sal y azúcar. Se baña con leche condensada y chispitas dulces de colores.
Tamal de cerdo en salsa verde: Solo lleva la masa, carne de cerdo y se baña en la salsa hecha con tomates verdes que le dan esa tonalidad.
Ahora sí, ¿cuál se le antoja más, el nuestro o sus primos extranjeros?