El hospital San Juan de Dios (HSJD) confirmó que, en lo que llevamos del año, 25 personas murieron por culpa de microorganismos que convierten a las bacterias en “superbacterias” resistentes a los antibióticos.
Datos oficiales del HSJD, al 18 de agosto, registran a 56 pacientes que han presentado estas “superbacterias” durante el 2021. Todos las contrajeron estando internados.
De los 56 con las “superbacterias”, 23 fueron dados de alta, 8 se mantienen hospitalizados y aislados, y 25 pacientes fallecieron. Eso promedia un muerto cada nueve días por esta causa.
“La dirección general del hospital de la mano con la Unidad de Prevención y Control de Infecciones Intrahospitalarias (UPCI) aumentó las medidas relacionadas con la desinfección de mobiliario, equipo y superficies ambientales de las diferentes áreas; esto con el objetivo de frenar la circulación del grupo de microorganismos resistentes a los antibióticos”, confirma la Caja Costarricense de Seguro Social en un comunicado.
¿Por qué superbacterias?
La doctora María Eugenia Villalta Bonilla, directora general del HSJD, aseguró que los primeros cincos casos de la bacteria resistente a los antibióticos se detectaron en la unidad de cuidados intensivos en febrero y desde ese momento se activaron las acciones recomendadas a nivel mundial para este tipo de situaciones.
Agregó que han detectado la presencia de enzimas, que reciben el nombre de carbapenemasas, que se fijan a las bacterias haciéndolas resistentes a los antibióticos.
Estas bacterias “fortalecidas” se transmiten por contacto y están en las superficies o en aparatos que usan.
Según explicó la doctora Villalta, se aumentaron los trabajos para controlar la presencia de bacterias en el hospital, entre las que destacan la realización de exámenes y aislamiento de pacientes, el aumento de los protocolos de limpieza y desinfección, la constante limpieza de las unidades de pacientes (cama, mesa puente y mesa de noche) y el uso de herramientas tecnológicas para comprobar la calidad la limpieza y desinfección.
Además, se ha puesto en los tres turnos personal dedicado a la limpieza constante y desinfección de mobiliario, equipo y superficies ambientales, se ha reforzado la utilización de equipo de bioprotección por parte del personal y a funcionarios exclusivos para la atención de los pacientes con presencia de estos microorganismos.
Pensando en la llegada de los internos universitarios y médicos residentes, se les capacitará en temas de bioseguridad y control de infecciones según las órdenes y especificaciones de los reglamentos institucionales.
Anillo les da poder
El doctor Manuel Ramírez Cardoce, jefe del servicio de Infectología y coordinador de la UPCI, explicó porque las carbapenemasas son tan resistentes.
“El mecanismo de resistencia consiste en una estructura que las bacterias adquieren y se lo pasan una a la otra, no necesariamente de la misma especie, puede ser entre especies diferentes, es como si la bacteria utilizara un anillo donde lleva toda la maquinaria (genes) para destruir los antibióticos.
“En el cuerpo de la persona, la bacteria utiliza esta ‘arma’ a favor destruyendo los antibióticos, por lo tanto, esa persona que adquiere esta bacteria reforzada con el mecanismo de resistencia y desarrolla una infección, es prácticamente intratable con los antibióticos que actualmente existen y por esto la probabilidad de muerte es bastante alta.
“A nivel internacional se ha notado un aumento de estos mecanismos de resistencia en la mayoría de los hospitales del mundo durante la pandemia.” explicó el infectólogo.
El doctor Juan Ignacio Silesky Jiménez, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), aclaró que los los afectados se caracterizan por ser pacientes que tienen mucho tiempo internados, debilitados por su condición crítica, y que han sido tratados con varios tipos de antibióticos, por lo cual presentan una resistencia mayor.
De acuerdo con el doctor Silesky, algunos de estos pacientes han logrado salir adelante con los cuidados necesarios, además del esfuerzo del HSJD por conseguir los antibióticos necesarios para combatir a las “superbacterias”.