Escuchar
Estimados lectores, gracias por dedicar su tiempo para leer esta columna. Hoy hablaremos de sexualidad y problemas oncológicos.
Al escuchar el diagnóstico de cáncer las personas sufren, con frecuencia, un impacto muy fuerte. Es una pérdida, que también marca una transformación en nuestras vidas, al darle un valor y un sentido diferente y en el que nosotros siempre podremos elegir.
Aceptar que se tiene cáncer es diferente a resignarse a tenerlo. Cuando nos resignamos no somos capaces de hacernos responsables de nosotros mismos, y en algunas ocasiones se deja de luchar.
La sexualidad como parte de la vida de todo ser humano sigue siendo una necesidad de esa persona enferma, aún en estadios terminales y aunque disminuya el interés por el coito, ya que se mantiene presente el deseo de proximidad y contacto físico que puede adoptar diversas modalidades de presentación.
Existen varios factores que pueden afectar la expresión como: de orden físico y sicológico creencias, impacto emocional de la enfermedad, motivaciones y afrontamientos) y los tratamientos.
Puede presentarse La pérdida del deseo sexual la cual es una de las disfunciones más complejas, lo mismo que problemas en la excitación, provocada por disminuciones hormonales o por el efecto secundario de los medicamentos.
Para cambiar se necesita de un autoanálisis sexual y preguntarse: ¿qué tengo? ¿Qué siento? ¿Qué deseo? ¿Qué me molesta? ¿Qué me estoy perdiendo o he perdido?
Con La toma de conciencia podrás, con paciencia, constancia y conocimiento, romper esquemas y producir cambios.
Lo importante es que siempre se mantiene el deseo del contacto físico y la proximidad, la comunicación, la ternura y especialmente palabras revitalizadoras como: "Te amo" o estoy contigo". Recuerden que la afectividad situada en lo más profundo del ser humano es el verdadero motor del comportamiento. Por eso se dice que el amor sana.
