Una lectora nos manda la siguiente pregunta: "Tengo siete años de casada, y actualmente mi esposo no es cariñoso conmigo. La verdad me siento muy mal, porque él trata de serlo solo para el instante en que desea tener relaciones, pero yo me siento como utilizada, y no amada. Cuando estoy con él se me dificulta tener orgasmos por esta misma situación. En general, creo que es por la necesidad de más ternura".
Muchas gracias por la confianza, si bien es cierto que no todos los problemas de las relaciones interpersonales se resuelven con la ternura, aplicando una ternura inteligente se pueden resolver muchos problemas de pareja.
La ternura inteligente se alimenta del respeto a las personas y sus diferencias, y del amor por la libertad, tratar con ternura a los demás se requiere de una gran fortaleza Personal, aprender a pedir perdón, a decir lo siento, me equivoque, y, algo tan sencillo como, gracias, por favor. Sin dejar de lado la sonrisa amable y la escucha paciente.
El antropólogo Dr Ashley, investigador de Harvard, menciona que en la sociedad actual se padece de hambre de piel, precisamente porque hemos dejado de tocarnos, sentirnos y mirarnos en nuestra cotidianidad.
El tacto es la primera caricia que se recibe al nacer, y siempre se tiene necesidad de ella por eso el ser humano siempre tiene hambre de piel.
Si logra conversar con su pareja desde un dialogo tierno y respetuoso especialmente expresando lo que siente cuando él tiene palabras, gestos, actitudes y caricias positivas, las heridas que tienen ambos se pueden ir cicatrizando. Haciendo que los encuentros íntimos sean maravillosos.