Hace 4 años, el cáncer llegó de forma silenciosa a la vida de Sofía Jiménez, pero hoy, esta señora vecina de Alajuela, cuenta con orgullo cómo superó la delicada enfermedad.
Así como Jiménez, miles de personas en Costa Rica y el mundo superan cada año este mal y este domingo 2 de junio se celebra el Día Mundial del Sobreviviente de Cáncer, una fecha que sirve para reflexionar y recordar que hay esperanza para quienes enfrentan este padecimiento.
De acuerdo con el oncólogo Dennis Landaverde, gracias a esta celebración, se destaca la lucha de los pacientes por responder a los tratamientos y buscar recuperar su calidad de vida, además de la labor del personal de salud.
“Afortunadamente, cada día se curan más personas que padecen cáncer. Falta mucho, pero afortunadamente hay un diagnóstico más temprano y a la hora de que los pacientes lleven el tratamiento, el apoyo del equipo interdisciplinario es fundamental para la recuperación del paciente. No es solo quimioterapia, radioterapia, las cirugías, sino el soporte en áreas como trabajo social, psicología, que ayudan a los pacientes”, destacó.
Según el especialista, en el país se diagnostican cerca de 13 mil casos de cáncer por año y de ellos, un 50 por ciento de las personas sobreviven a la enfermedad. El médico destacó que, por ejemplo, en relación con el cáncer de mama, la sobrevivencia es de casi un 90 por ciento, una cifra muy buena, porque las pacientes salen adelante.
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“En hombres vemos una alta supervivencia en cáncer de próstata. Hay personas que sufren cáncer de colon, cáncer gástrico y conforme se hacen los diagnósticos más temprano, le ayuda a los pacientes a tener una mayor supervivencia.
“Lamentablemente, en el caso de pulmón hay una alta mortalidad, pese a que se hacen esfuerzos para ayudar a los pacientes, pero muchas veces, estos casos se diagnostican cuando el tumor está avanzado y luego se desarrolla la metástasis, cuando el tumor se traslada a otros órganos del cuerpo”, manifestó.
La Teja solicitó datos de sobrevivencia de cáncer al Registro Nacional de Tumores, del Ministerio de Salud. La solicitud se hizo vía correo electrónico el 28 de mayo anterior; sin embargo, al cierre de la nota, no habían enviado la información.
Insistencia de hijo la salvó
Doña Sofía, vecina de Ciruelas de Alajuela, desarrolló un linforma de Hodgkin, un tipo de cáncer que se forma en el sistema linfático y afecta los nervios. El tumor se formó en medio del cuello y el hombro y fue gracias a un resfrío que supo de su padecimiento.
A inicios del 2020, Sofía se enfermó y sentía una pelotita en su garganta. Creyó que tenía las glándulas inflamadas y por pereza no quiso ir a revisarse, pero la insistencia de su hijo la hizo cambiar de parecer.
“Jamás me imaginé que tuviera un cáncer, apenas llegué a la clínica, los doctores vieron la pelotita y supieron que era un tumor, de inmediato activaron un protocolo para que me vieran en el hospital México”, recordó.
A doña Sofía, madre de 4 hijos, se le vino el mundo encima cuando recibió su diagnóstico, porque pensó en la muerte. Pero es una mujer de fe y por eso depositó su esperanza en Dios.
Claves. El especialista recalcó que el diagnóstico temprano de la enfermedad es clave para la supervivencia.
“Hay personas que a veces fallecen por otras enfermedades y no es por el cáncer, pero esto es clave en todos los tipos de cáncer.
“Además de los tratamientos médicos que reciben los pacientes y del apoyo que hay detrás del abordaje médico, los pacientes que se alimentan bien, hacían ejercicio antes de conocer la enfermedad, que no fuman, pueden superar la enfermedad, porque los buenos hábitos disminuyen la probabilidad de la mortalidad”, expresó.
“Un día le pedí a Dios que me llevara y la doctora me dijo que si no seguía el tratamiento me podía morir. Llevé 15 sesiones de quimio y los doctores vieron que el tumor no desaparecía del todo, entonces me operaron para eliminarlo, quitar raíces y después asistí a 18 sesiones de radio”, contó.
A Sofía la dieron de alta el 19 de octubre del 2021 y ahora vive la vida sin tantas preocupaciones.
“Antes trabajaba en ventas, ahora me dedico a las labores de la casa, mis hijos cuidan de mí y me siento empoderada, sé lo que quiero, cómo lo quiero. Formo parte de una fundación llamada ‘Luz fuerte’, en Alajuela, me recibieron cuando estaba en las sesiones de quimio.
Una pelotita
A María de los Ángeles Chacón el cáncer la sorprendió hace 10 años. Un día esta señora estaba participando en una jornada de reciclaje y se extrañó cuando comenzó a lanzar objetos a una góndola y le dolió el brazo derecho. De inmediato sintió en su pecho una pelotita y no quiso quedarse con la duda, por lo que rápidamente fue a consultar.
“Fui a una clínica por la casa para que me revisaran y me mandaron a la clínica de mamas del hospital Max Peralta. Me pidieron hacerse una mamografía, pero la cita la tenía para mucho tiempo después y por eso me la pagué por fuera y ahí se vio que no era normal que tuviera ese bulto en mi seno y fui de nuevo a la clínica de mamas, para que me hicieran una biopsia.
“Efectivamente, la biopsia confirmó las sospechas de cáncer y bueno... Escuchar la palabra cáncer es impresionante, el día que me dieron el resultado yo andaba sola. Tengo cinco hijos, pero no quería preocuparlos y el doctor fue muy paciente al darme la noticia. Luego, salí del hospital y me fui a un parque a llorar, lógicamente me sentía triste, pero sabía que tenía que salir adelante”, afirmó esta vecina de Agua Caliente de Cartago.
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Luego de contarle a su familia sobre su padecimiento, doña Marielos se puso las pilas, porque no quería perder la batalla. Para fortuna de ella, el tumor no echó raíces y se le diagnosticó a tiempo.
A Chacón primero le quitaron el tumor y luego recibió 4 sesiones de quimioterapia y durante un mes tuvo una sesión diaria de radioterapia. Esta señora, de 71 años, no ocultó su dolor al contar que el tratamiento es molesto, pero lo más duro que enfrentó fue ver que hubo gente que no respetó su proceso.
“Un día, estaba cerca de mi casa en una zapatería, ya no tenía pelo y llevaba un pañuelo en mi cabeza. Estaba agachada buscando zapatos y se me acercó una conocida y donde me vio me preguntó que qué hacía con el pañuelo en la cabeza y me lo arrancó.
“Me molesté mucho, pero le respondí: ‘¿Sabe qué? Esto es una benfición de Dios’, y la gente que estaba en la tienda se quedó en silencio. Esa persona salió de la tienda, no sabía qué hacer”, afirmó.
Luego de la operación y los tratamientos, doña Mariela sigue en control. Va a citas con regularidad y hace poco le hicieron una mamografía y todo salió puras tejas. Mientras recibía tratamiento encontró el grupo de apoyo Luz de vida.
“Me siento muy bien, contenta porque yo tuve la fe de superar la enfermedad y Dios me dio una nueva oportunidad. Ahora trato de llevar una vida más relajada, sigo colaborando con la comunidad, estoy en un grupo de baile, me gusta andar en grupos de adultos mayores, colaboro con la fundación, porque así comparto un poco de mi vida y le digo a la gente que sí se puede”, recordó.