La sicóloga Cinthia Delgado Solera y la socióloga Susana Hernández Durán, comprendieron en el 2020 que les urgía un pasatiempo que las distrajera del gran estrés y ansiedad que les producía la pandemia por el covid-19, por eso se pusieron a tejer. Dos años después nació Su y Cin, el negocio de bolsos de ambas.
Muy amablemente Cinthia nos atendió, ya que le llegamos a esta historia gracias a los amigos de Radio Santa Clara de Ciudad Quesada. Ella nos cuenta que a ninguna de las dos le pasó, pero ni de lejos, la idea de que aquel pasatiempo terminaría en emprendimiento.
“Conozco a Susana desde hace 12 años. Trabajamos juntas en el Centro de Educación Especial Amanda Álvarez de Ciudad Quesada, forma parte del equipo interdisciplinario y por eso hemos consolidado una muy buena amistad a través de los años”, aclara, Cinthia quien es vecina de Ciudad Quesada; Susana es de San Ramón.
“Cuando comenzó la pandemia empecé a tejer. Una amiga del colegio (Cinthia tiene 49 años) nos convenció a varias de retomar actividades que hacíamos en el cole y una de esas era tejer porque me servía para ir sobrellevando el gran estrés que nos produjo a muchos la realidad nacional y mundial del covid-19.
“Ya de vuelta a la presencialidad, en el 2021, le comenté a Susana que tenía varios meses tejiendo, que me sirvió de mucho como pasatiempo contra el estrés y ella me dijo que también quería aprender y rapidito le enseñé”, recordó.
Como el asunto era puro pasatiempo, se encargaron, incluso, de llevar varios cursos gratis por Internet, sobre todo para ponerse al día del último grito de la moda en tejido, así como las nuevas técnicas.
Ya con más y mejores técnicas tomaron la decisión de hacerse cada una un bolso para cuando iban de compras al supermercado, eso las obligó a dejar el hilo de nailon y buscar otros más fuertecitos. Se hicieron esos primeros dos bolsos con objetivos muy claros: que fuera fuerte, reutilizables y que no necesitaran plástico. Todo seguía siendo una distracción muy apasionante todavía.
Cuando algo se hace con pasión casi siempre logra resultados positivos, por eso los compañeros de trabajo y la familia de ambas empezaron a notar que los bolsos que se hicieron para ir de compras eran superresistentes y muy lindos.
Eso provocó que les pidieran un bolso por aquí, otro por allá, pero todo era un asunto de amigos, compañeros de trabajo o familia. De un pronto a otro se dieron cuenta que sí había a quienes les gustaba lo que hacían y estaban dispuestos a pagar.
Inicia un negocio
“Al inicio nos costó mucho el poder ponerle un precio a los bolsos porque como los hacíamos por pura diversión, no terminábamos de comprender que ya estábamos dentro de un negocio a partir de nuestro pasatiempo. Eso fue en el 2020.
“En diciembre del 2021 fue cuando realmente dejamos de ver el tejido como un pasatiempo y lo volvimos un negocio, eso sí, entendiendo que seguiríamos haciendo bolsos con pasión y amor”, comenta Cinthia.
Como en el trabajo, la casa y los amigos, son conocidas como Su y Cin, ese fue el nombre que eligieron para la pequeña empresita que se decidieron a hacer nacer aquel diciembre del 2021. La verdad, no les costó mucho el nombre y les encanta porque las lleva a ellas bien representadas.
“Nos empezaron a pedir bolsos para la playa, bolsos para usar todos los días y nosotros por primera vez tuvimos que hacer una lista de pedidos para Navidad, para entrada a clases y para el verano.
“Hacemos bolsos para guardar la computadora, cosmetiqueros, mochilas, bolsos grandes para ir de compras, bolsos para llevarlo al trabajo, maletines para entrada a clases. La gran ventaja para quienes compran un producto nuestro es que es 100% original y se puede hasta personalizar. No nos gusta repetir un diseño a no ser que el cliente lo pida”, reconoció Cinthia. Los teléfonos para hacer pedidos son: 8395-7448 y 8864-6848.
“Jamás creímos que el pasatiempo se iba a convertir en un negocio. Estamos disfrutando mucho esta etapa. No es un negocio por el cual vayamos a renunciar a nuestros trabajos, pero sí para poder decir que nos ganamos una muy linda extra.
“Le puedo confirmar que estamos deseando que llegue Semana Santa para poder salir de la fila de pedidos que tenemos. Como trabajamos todo el día, aprovechamos por las noches para tejer. La gran ventaja es que nos encanta tejer y sigue siendo un pasatiempo que nos relaja”, dice.
Por la variedad de pedidos que les hacen, además de tejer bolsos en nailon, también lo hacen con materiales como pabilo, trapillo y yute. Usan algunos elementos de madera, cuero y metal, para resaltar la belleza y elegancia de sus creaciones.
Cinthia y Susana ahora desean poder tener un local para exhibir todo lo que tejen, además, poder contratar una o dos tejedoras que les echen una manita porque siguen creciendo los pedidos.
“Hacia eso apuntamos ahora, a dar trabajo a señoras que sepan tejer. Vamos paso a paso”, concluye Cinthia.