En los últimos años se ha acuñado el término “perrihijos” o “gatihijos”, para hacer referencia a los hogares de matrimonios jóvenes que han optado por postergar la decisión de tener hijos y en su lugar han adoptado una mascota.
“Se debe a una etapa de cambios sociales en la que hay una mayor conciencia por el respeto a la vida de las mascotas, a las que se les da un nuevo rol más protagónico”, explicó la sicóloga Marielos Hernández.
Por eso es que también se ha desarrollado todo un negocio alrededor de los peluditos y vemos emprendimientos que se dedican a la venta de ropa, galletas, queques y hasta tamales para las mascotas o, como en el caso de Manualidades D&K, que los inmortalizan en una figurita.
Incluso, esta figura de su amada mascota le permitirá conservar su recuerdo cuando ya no esté entre nosotros.
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“Todas las personas cuando hacen un proceso de duelo buscan rescatar algo que les rememore la presencia. Tener algo que les sea representativo de la importancia que tuvo dicha mascota para ellos y esto puede cumplir este rol. El que puedan andar algo así no le hace daño a nadie y tal vez sea mucho más sano que lo que hacen algunas personas de sustituir inmediatamente a la mascota que pierden, sin hacer un cierre del vínculo que se tuvo”, agregó Hernández.
Marielos ahondó en que dicho vínculo entre la mascota y su dueño debe ser sano y se logrará en la medida en que no se humanice al animal.
“Cuando disfrazas a un perrito con exceso de ropa o empiezas a darle un montón de cosas que incluso van contra su naturaleza, puede chocar un poco con lo adecuado e inadecuado”, explicó la psicóloga.
Hernández también destacó como otros países como Japón han tenido ya ese acercamiento con las mascotas como sustituto a la parte afectiva, por la falta de tiempo a causa del trabajo.
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Incluso, resaltó que la forma en que se han ido estructurando las soluciones de vivienda en torres y apartamentos de una habitación, hacen más sencillo vivir con una mascota pequeña, que con dos o más hijos hacinados.