No es un tema nuevo, pero sí es importantísimo por estos días volverlo a recordar. Cuando en un matrimonio hay discusiones entre los papás e incluso hay violencia, los niños, tengan la edad que tenga, se dan cuenta.
“En una familia violenta hasta el bebé más chiquitico se da cuenta de todo”, explica la experta en sicología familiar, María Ester Flores.
“Los niños son verdaderas parabólicas que siente y se dan cuenta de absolutamente todo lo que pasa, sea bueno o malo. Por eso yo en las terapias que doy, a través de juegos, me entero de todo lo que está pasando en esa familia, porque los niños no lo dicen, pero sí saben realmente todo lo que pasa.
“Muchos esposos dicen: ‘es que nos estamos divorciando, pero los niños ni se dan cuenta, porque nosotros no discutimos delante de ellos’. Eso es un tremendo error, es mentira. Hasta el bebé más recién nacido siente a través de la comunicación no verbal. Los bebitos leen muy bien el ambiente, las energías de quien lo alza, repito, se dan cuenta de todo”, asegura la sicóloga.
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Vuelve a recordarnos María Ester el tema de las energías que son perfectamente recibidas y comprendidas por el bebé.
“El tema energético es claro, los bebés y todo niño siente las energías ya sean positivas o negativas, de amor, de odio, de ira. Todas las emociones están ligadas a energía.
“En una familia violenta, los hijos comprenden que el asunto está mal en el hogar, incluso, le digo una cosa, hasta saben más, porque ellos perciben más que hay pleitos.
“Cuando el niño le dice a la mamá: ‘mami, ¿por qué estás llorando?’ y la mamá le dice que le duele la pancita, ellos saben que no es eso y por eso tratan de curarte, sanarte”, agrega la especialista.
Tragan en silencio
Asegura la sicóloga que ante los problemas en el hogar, los niños casi no dicen nada, pero no es porque, como creen muchas familias, no se dan ni cuenta, sino porque tragan en silencio, por el bien del hogar.
“Los niños se quedan callados y no dicen nada, se portan bien como mecanismo de defensa. El inconsciente del niño dice; ‘Dios mío, aquí hay problema, hay amenaza de pérdida o abandono’.
“Pasa lo mismo como cuando hay divorcio, el niño se porta mejor con el papá que llega a verlo los fines de semana que con la mamá con quien está toda la semana.
“¿Por qué pasa eso? Porque con la mamá tienen la seguridad de que no se va a ir, es la que ven a diario y al papá no. Son mecanismos de defensa”, aclara María Ester.
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Cuando se da una tragedia en la cual fallece uno de los padres y el niño comienza a preguntar por su mamá o su papá, reconoce la sicóloga, ese niño está sufriendo, está sintiendo todo ese desapego que no se dio de forma natural. Los hijos más grandecitos que ya hablan, ellos entienden mucho más que algo malo pasó.
Los niños, poco a poco, bien dosificado, deben ir sabiendo la verdad tras una tragedia, para eso se necesita terapia especial porque lo saben todo, lo entienden todo, lo tragan todo y también se lo callan todo como mecanismo de defensa por el miedo a la pérdida.