Para ser un pescador artesanal hay que estar enamorado del mar. De eso está completamente segura María Teresa Williams Cole, conocida como Doña Ana, quien tiene más de 50 años de ser pescadora artesanal en Cahuita.
“El pescador artesanal hace patria todos los días porque se levanta de madrugada, monta su equipo en la lanchita, se va mar adentro con su carnada, anzuelos y cuerda. Durante unas cinco horas lucha por agarrar la mayor cantidad posible de peces, en medio del sol, la lluvia o lo que sea.
“El pescado se vende y lo que nadie compra se lleva a la casa, porque será la comida de ese día o el siguiente. Nada se desperdicia”, es parte de la explicación que nos da Doña Ana, quien este 2024 recibió la Medalla al Mérito Agrícola de parte del gobierno.
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Analizando más y mejor el oficio, asegura: “ser pescador artesanal es un oficio de toda la vida y para realizarlo hay que estar, definitivamente, enamorado del mar y de la pesca. Se siente feliz en el mar, si no puede ir al mar, igual se levanta temprano y se pone a lavar su lanchita, a alistar las cuerdas, a escoger anzuelos.
“El mar se debe llevar en la sangre, en el corazón, para poder salir todos los días a pescar con una cuerda y a mano pelada. Debe ser parte del ADN, porque sino le pasa como a muchos, que dejan todo botado”.
Hay días en los cuales el mar (o la mar, es cuestión de gustos, porque las dos formas son correctas) es muy generoso, pero en otros se cierra y no le abre las puertas a nadie, o sea, un pescador artesanal vuelve sin haber pescado ni un mal viento.
“Le voy a dar un ejemplo de lo difícil que es ser pescador artesanal. Supongamos que me voy a pescar y en cinco horas saco quince macarelas. Siendo positiva logro vender quince, por las cuales me pagan entre 30 y 40 mil colones, pero en esa salida perdí el engañador (señuelo) y una de las cuerdas.
“Tengo que irme de Cahuita a Limón centro a comprar el engañador y otra cuerda, eso son como 10 mil colones, júntele los pases, algo de comer para no pasar horas con el estómago vacío. Al final la ganancia del día quedó en unos 5 mil colones y todavía hay que comprar la gasolina para salir al día siguiente”, explica doña Ana, quien tiene 73 años y arrancó como pescadora artesanal a los 22.
Si para esa salida doña Ana pidió prestado para la gasolina, ahora debe esa plata y necesita volver a pedir prestado para poder salir al día siguiente y pedirle a Dios que logre una buena pesca para salir de deudas.
¿Una buena pesca? Nos responde doña Ana que uno de los peces mejor pagados es el pargo, eso sí, tiene que ser más grandecito de una cuarta, porque sino se complica venderlos. Todo pargo, el rojo, cola amarilla, negro, es bien pagado porque los restaurantes se los pelean.
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El pargo mejor pagado de todos es el que se conoce como pargo seda, por el tamaño y el tipo de carne que tiene, “pero para lograr pescarlos hay que meterse en el mar el doble de distancia que lo normal y eso significa analizar gastos. No es fácil”, asegura la cahuiteña.
“Los pescadores artesanales, estoy segura, hacemos patria y honramos a nuestro país con nuestro oficio. Somos parte de esos trabajadores honestos y honrados que todos los días le aportan a la patria con el sudor de su frente”, dice con orgullo doña Ana.
Ayuda
Doña Ana es la presidenta de la Asociación de Pescadores Subsistentes y Acuicultura del Caribe Sur, Cahuita (Asopescahui), su actual lucha es por mejorar las condiciones de los pescadores artesanales de Cahuita, quienes se sienten muy poco respaldados por el gobierno. Se consideran un grupo entre los más marginados por las autoridades.
“El pescador artesanal poco a poco ha ido desapareciendo. Los jóvenes ya no quieren pescar porque crecieron viendo cómo sus papás, tíos o amigos, sufrieron y sufren todos los días por llevar el sustento a sus hogares.
“Me ha tocado vivir épocas de hasta cuatro meses sin poder salir a pescar: porque el mar está picado, llueve demasiado, el mar está sucio. Es mucho tiempo sin ganar dinero, eso empobrece los hogares de los artesanales”, aclara doña Ana.
Actualmente, la Asociación tiene 52 miembros. Hay adultos mayores, jóvenes de entre 9 y 20 años, y 13 mujeres.
El 4 y 5 de octubre habrá una gran reunión caribeña de pescadores artesanales y autoridades del gobierno, para analizar la realidad del sector y buscar ayudas. Llegarán pescadores de Gandoca, Manzanillo, Puerto Viejo y Cahuita.
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Se realizarán competencias de canoas, concurso de pesca, procesión de la virgen del Mar y partidos de fútbol playa.