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Señor de 94 años dejó de ser un fantasma porque por fin estrenó cédula, ¿por qué hasta esta edad?

Pana Pata Pelada no cabe de la felicidad porque a sus 94 años por fin tiene cédula tica

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Pana Pata Pelada sigue sin terminar de creer que por fin tiene una cédula de identidad costarricense a pesar de que se la dieron el pasado lunes 27 de mayo en la oficina del Registro Civil, en Pérez Zeledón.

Este vecino de Ciudad Neilly se llama José María Saavedra Hernández, pero si usted lo busca por ese nombre nadie le dará razón, sin embargo, cuando usted pregunta dónde vive Pana Pata Pelada, todo el mundo sabe porque así le han dicho toda la vida.

José María Saavedra Hernández es vecino de Ciudada Neilly, cariñosamente le dicen Pana Pata Pelada, tiene 94 años y hasta el 27 de mayo del 2024 pudo tener cédula de identidad, era un ciudadano de ninguna parte.
Pana Pata Pelada no cabe de la felicidad por tener por fin una cédula de identidad. (Cortesía)

Esta particular e increíble historia se las dimos a conocer en marzo del año pasado con una nota que titulamos: “Pana Pata Pelada, la historia de un hombre sin identidad, que no es de aquí ni de allá”. En aquel momento seguía soñando con su cédula.

El pasado lunes le llegó el día que jamás creyó que llegaría. Se levantó bien tempranito, todo emocionado, desayunó bastantico gallo pinto con macarrones, un buen vaso de café porque ese es su desayuno favorito, y junto a una de sus hijas, Jennifer López, se fueron al Registro Civil.

Ya había ido, el pasado 20 de mayo, a tomarse la foto para la cédula, pero como usted entenderá amigo lector, cuando a uno algo no le sale por mucho tiempo, uno se espera hasta que realmente se concrete todo para creer que por fin sí es cierto.

José María Saavedra Hernández es vecino de Ciudada Neilly, cariñosamente le dicen Pana Pata Pelada, tiene 94 años y hasta el 27 de mayo del 2024 pudo tener cédula de identidad, era un ciudadano de ninguna parte.
Don José le rinde homenaje a su esposa Ana (en el cuadro), quien ya falleció y fue la que movió todo para la cédula. (Cortesía)

“Me llené de una gran alegría. Toda la vida siendo una persona sin cédula y por fin Costa Rica me abraza. No lo puedo terminar de creer porque fueron muchísimos años tratando de dejar de ser una persona sin identidad.

“Cuando ya tuve la cédula en las manos me acordé de mi esposa (doña Ana López, quien ya falleció) porque ella fue la gran luchadora, la persona que se esforzó para que a mí me dieran cédula. Yo sé que ella desde el cielo está celebrando que ya no soy como un fantasma”, aseguró todo contento Pana Pata Pelada, quien con doña Ana tuvo 7 hijos y por estos días chinea 7 nietos.

¿Por qué se convirtió en un ciudadano de ninguna parte? Este particular caso comenzó el 4 de enero de 1930, el día que don José María nació en su casa en Ciudad de Panamá, gracias a la ayuda de una partera.

José María Saavedra Hernández es vecino de Ciudada Neilly, cariñosamente le dicen Pana Pata Pelada, tiene 94 años y hasta el 27 de mayo del 2024 pudo tener cédula de identidad, era un ciudadano de ninguna parte.
Pana Pata Pelada no termina de creer que ya tiene cédula de identidad. (Cortesía)

El papá jamás lo reconoció y por eso nunca fue inscrito en la Dirección Nacional del Registro Civil de Panamá (institución que nació en 1904). Eso significa que nunca fue un ciudadano oficial de Panamá, no existía.

En 1951, a la edad de 21 años, Pana Pata Pelada decide venirse a vivir a Costa Rica. En aquellos años no tuvo problema alguno para echar raíces en Tiquicia sin tener ningún documento de identidad. Lo difícil fue siempre conseguir trabajo, por eso lo suyo fueron chambitas informales ya que lo primero que le pedían era la cédula de identidad.

El año pasado el ahora costarricense nos contó la parte más dura de ser un verdadero fantasma. “Tengo 72 (73 ahora) años de vivir en Costa Rica y jamás pude casarme con la madre de mis hijos (doña Ana) con quien viví y a quien amé toda la vida porque se me murió hace dos años y nunca pude presentar una cédula para el matrimonio.

“Una vida sin cédula es muy dura, no se la deseo a nadie porque usted no existe, no es nadie y no puede hacer nada porque nadie lo recibe sin identificación”, reconoció con dolor.

Ya con cédula se le alegró el rostro y la vida entera, además, volvió a sentirse como un carajillo de 15 años, todo lleno de sueños e ilusiones. Espera que ya con su documento de identidad pueda apurarse el trámite para una pensioncita, además, la ayuda de comida al ser adulto mayor.

Por si no leyó la nota del año pasado, le recordamos que a pesar de tener 94, todos los días sale a pulsear algún trabajito informal para ganarse algo de platica y poder llevar comida a la mesa. Tiene una chapeadora y si usted ocupa que le hagan el jardín en la ciudadela González en Ciudad Neilly, y algunas zonas cercanas, él con todo gusto se lo hace, aunque usted no lo crea.

José María Saavedra Hernández es vecino de Ciudada Neilly, cariñosamente le dicen Pana Pata Pelada, tiene 94 años y hasta el 27 de mayo del 2024 pudo tener cédula de identidad, era un ciudadano de ninguna parte.
Su hija, Jennifer, su nieta, Natividad y don José, el día que se tomó la foto para la cédula. (Cortesía)

Este caso lo dio a conocer el año pasado la Defensoría de los Habitantes, la cual tenía ya dos años de trabajarlo gracias a las gestiones de doña Ana, la esposa de don José, quien dejó sembrados los trámites migratorios de su marido para que, por fin, pueda cosechar su identificación.

“Tampoco tenía acceso al seguro de la Caja, ni podía ser solicitante para que valoraran su caso para ver si era beneficiario de un subsidio, pensión por el Régimen No Contributivo o incluso, abrir una cuenta bancaria.

“El señor Saavedra es el primer caso que se registra en toda la zona sur (desde Pérez Zeledón hasta Paso Canoas) con la condición de apátrida. Apatridia significa sin patria y sin nacionalidad. Es una condición en la que viven las personas que no han sido reconocidas por ningún país y por lo tanto no tienen nacionalidad”, explicó la Defensoría.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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