Los efectos de la pandemia siguen golpeando al mundo y por eso este año, aunque se permitirán algunas celebraciones religiosas en la Semana Santa, solo se podrán realizar las que se pueda controlar la cantidad de gente, para cuidar así la vida de los asistentes.
Por eso no se podrán realizar procesiones.
Así lo anunciaron este jueves los obispos del país, a menos de una semana de iniciar el tiempo de Cuaresma (que es la preparación a la Semana Santa) con el Miércoles de Ceniza, el próximo 17 de febrero.
Recuerde que este año no le harán la típica cruz en la frente, sino que el sacerdote tomará la ceniza y la dejará caer sobre la cabeza de cada uno de los fieles presentes en la misa.
Cada sacerdote solo podrá celebrar tres eucaristías ese día, siempre guardando los protocolos establecidos para cada eucaristía.
Al igual que en el 2020, se mantiene la suspensión de todas las procesiones, viacrucis y otros ejercicios de piedad en forma pública durante la Cuaresma y la Semana Santa.
La celebración de los “Siete Lunes” se podrá hacer si los sacerdotes lo creen prudente, como una prolongación de la misa. También podrán realizarse confesiones, pero no masivas.
Finalmente, el cura deberá decidir si es prudente ir a visitar a un enfermo o adulto mayor que lo solicite.