Luego de lavarnos las manos en un baño público tenemos la tendencia de buscar cómo secarnos, pero la disponibilidad de formas para hacerlo dependerá de las instalaciones.
Por lo general, las opciones se dividen en dos: los secadores de aire y las toallas de papel, pero ¿cuál de estas es más higiénica?
Según un estudio de Control de infecciones y epidemiología hospitalaria, los secadores de aire propagan hasta diez veces más gérmenes que las toallas de papel.
Y no solo dejan más gérmenes en las manos mal lavadas, sino que las pueden extender a través de la ropa y otras superficies.
Por lo que la preferencia de 7 de cada 10 usuarios por las toallas de papel, según la encuesta realizada por United Minds, está más que justificada.
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Las personas prefieren las toallas de papel para evitar tocar diferentes superficies en los baños públicos, mientras que 75 de cada cien preferirían que fuera la opción disponible en los baños públicos.
Además, las toallas proporcionan rapidez para secarse y no provocan que se hagan filas esperando por su turno.
No producen ruido: Según la Encuesta del Informe sobre tendencias de oficina Tork, el ruido que generan los secadores de aire puede ser excesivo y molesto, sobre todo para las personas con sensibilidad auditiva.
Las toallas de papel también ayudan a eliminar más bacterias gracias a la fricción que se genera con el contacto de las manos; además, pueden utilizarse para evitar tocar superficies que están en contacto con virus y bacterias y limpiarse la boca.
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Pero la parte más importante de este proceso, es lavarse las manos correctamente con agua y jabón y frotarlas bien por 20 segundos.
Y ya sabe, la próxima vez que vaya a un baño público, piénselo dos veces si se seca las manos o no.