En los últimos día ha habido mucho ruido en torno a la posible salida de Costa Rica de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) luego de que el diputado Fabricio Alvarado insistiera, una vez más, en sacar al país del órgano internacional.
Hay que recordar que desde la campaña electoral del 2018, Alvarado ha estado enfrascado en que el país renuncie a la CIDH, alegando que sus decisiones podrían abrir portillos para legalizar temas como el aborto o el matrimonio del mismo sexo en el país.
Es por eso que el pasado jueves presentó una moción en la Asamblea Legislativa para que se le pidiera al presidente Rodrigo Chaves abandonar la Corte.
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Y si bien la moción venía respaldada por la mayoría de diputados fabricistas, no vio la luz del día en el plenario, donde fue rechazada por 33 diputados del Frente Amplio, Liberación Nacional y el Partido Liberal Progresista.
Precedente
La insistencia de sacar a Costa Rica de la Corte viene a raíz del Caso Beatriz, en El Salvador.
Como contexto, en el 2013, a una mujer salvadoreña llamada Beatriz le negaron realizarse un aborto, a pesar de que las posibilidad del feto de llegar a vivir eran nulas y la vida de la madre estaba en riesgo.
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Ahora, ¿qué tiene que ver un caso de El Salvador con Costa Rica?
Resulta que la CIDH está cerca de dictar una sentencia para este caso y a Fabricio Alvarado le da miedo que la Corte falle en contra de El Salvador y allane el camino para que se legalice el aborto en el país, abriendo un portillo para que en Costa Rica también se haga legal.
Lo que a Fabricio se le olvidó es que desde el 2019, en el país ya existe la norma técnica para la interrupción terapéutica del embarazo en casos de que la vida o la salud de la madre estén en peligro.