Los cazadores de meteoritos, quienes pagan buen dinero por un pedazo de ese material espacial, por estos días quieren que quienes todavía tienen algunas partes del meteorito Aguas Zarcas, se los vendan casi regalados.
Doña Marcia Campos es vecina de Aguas Zarcas de San Carlos y a ella le cayó en su casa uno de los pedazos más grandes el 23 de abril del 2019. Nosotros la buscamos porque por estos días se está hablando mucho del posible impacto con la tierra del asteroide nombrado 2024YR4.
Ella nos contó que todavía no vende su meteorito porque si bien le han tocado la puerta muchas veces, los cazadores de meteoritos le ofrecen muy poquito dinero.
“Le dicen a una que como ya eso fue hace años, ya no tiene ningún valor que más bien están ofreciendo mucho.
“Cuando escucho esos precios de menos de cinco dólares por gramo, prefiero quedarme sin venderlo y seguir como estoy, colaborando con universidades para que hagan sus estudios”, nos explica la sancarleña.
LEA MÁS: NASA revela qué países podrían ser impactados por el asteroide que caería a la Tierra en 2032
Pocos días después de la caída del meteorito Aguas Zarcas, investigadores de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica (UCR), se pusieron de acuerdo con doña Marcia y analizaron el pedazo más grande que cayó en su casa.
La UCR confirmó que ese pedazo pesa 1.071 gramos. A la hora de caer se rompió en otros pequeñitos. El total de lo recuperado donde doña Marcia pesó 1.152 gramos.
Al principio se pensó que el meteorito tico solo había caído en Aguas Zarcas; sin embargo, días después se encontraron pedazos en La Cocaleca, Santa Rosa y La Palmera, siempre en suelo sancarleño.
La UCR confirma que en otras zonas hubo pedazos que pesaban 1 gramo y otros de casi dos kilos. Hubo uno de 1.875 gramos. “El total recuperado se calculó en casi 30 kilos”, asegura la UCR.
“La zona se llenó de compradores de meteoritos y a mí me buscaron, pero la verdad yo no vendí ni en ese momento ni ahora. Siempre he pensado que los extranjeros que vienen a comprar ofrecen muy poco, sobre todo por un pedazo como el mío que fue analizado y confirmado por la UCR y que tuve el cuidado de conservarlo bastante aislado así que se conserva casi como el día que cayó.
“Me he dado cuenta que mucha gente vendió y que incluso sigue vendiendo, pero si usted busca ahora esos pedazos están como llenos de óxido porque no los cuidaron, el mío está en perfecto estado”, explica doña Marcia, quien ha sido visitada por compradores de varios países como Brasil, México y Estados Unidos.
Si la sancarleña quisiera vender a ese precio de los cazadores de meteoritos, a 5 dólares por gramos, tendría unos 2 millones y medio de colones.
“Es demasiado poco”, asegura doña Marcia con toda la razón, sobre todo si recordamos que hubo un pedazo que se vendió en más de 20 millones de colones y era más pequeñito que el de ella.
LEA MÁS: Vea el meteorito Aguas Zarcas como pocos lo han visto
Abril del 2019
Doña Marcia escuchó un ruido extraño por la noche, jamás imaginó lo que estaba a punto de suceder. Eran las 9:10 p. m. y estaba tranquila viendo una película en su casa, cuando un estruendo estremeció su hogar.
Primero, su perro comenzó a ladrar furioso, algo inusual en él. Luego, la lámpara del patio dejó de funcionar. Y, finalmente, una explosión sacudió la casa.
“Sentí que el zinc de la construcción de atrás se rompía, me asusté demasiado. Sonaba todo, las verjas, los vidrios... Me quedé paralizada, sin saber qué estaba pasando”, recuerda doña Marcia, todavía con un escalofrío al acordarse de aquel 23 de abril del 2019.
El responsable de aquel impacto no fue otra cosa que un meteorito. Un pedazo de roca espacial que, según los geólogos, pudo haber sido mucho más grande, del tamaño de una lavadora, pero se partió al entrar al planeta.
“Gracias a Dios, cuando entró a la atmósfera se partió y solo cayó un pedacito, pero imagínese si hubiera caído completo. Hubiera hecho un daño terrible”.
La roca espacial impactó en la construcción anexa a su casa y cayó justo en la pata de una mesa.
“Si hubiese estado en ese cuarto, cuidado y hasta me hubiese matado”.
Fue en ese momento que doña Marcia sintió que volvió a nacer.
“Dios me protegió, fui bendecida, de eso no tengo la menor duda, imagínese que ahora duermo en ese cuarto”, afirma convencida.
Uno más grande
Este año el mundo ya comenzó a hablar del asteroide 2024YR4, que fue detectado a finales del 2024. Se confirmó un posible riesgo de impacto con la Tierra, más precisamente, el 22 de diciembre del 2032.
Es un asteroide de entre 40 y 90 metros de diámetro y ha sido calificado con un riesgo importante para el planeta. La misma Organización de Naciones Unidas lanzó una alerta para que más telescopios del mundo lo vigilen, porque un posible impacto tendría una fuerza 500 veces mayor a la bomba atómica de Hiroshima y podría provocar un tsumani enorme, afectando a muchos países.
LEA MÁS: Del espacio le cayó un restaurante y hasta la harinita para superar la pandemia
Los científicos, quienes aseguran que este meteorito pasará a unos 150 mil kilómetros de la Tierra, también reconocen que un posible impacto, según la trayectoria, afectaría Colombia, Venezuela, el norte de Brasil, y la región media de África. Golpearía mucho mar, pero también zonas muy habitadas.