Este lunes 24 de junio, la comunidad católica celebra el nacimiento de San Juan Bautista, primo de Jesús, hijo del sacerdote judío Zacarías y de santa Isabel.
Recordemos que la pareja no podía tener hijos, porque Isabel era una mujer de edad avanzada. Entonces, el ángel Gabriel se le apareció a Zacarías y le dijo que su esposa tendría un hijo quien sería el precursor del Mesías, y a quien él debería llamar “Juan”. Sin embargo, Zacarías, presa del miedo, dudó de que esto fuera posible, y quedó mudo “hasta que todo se cumplió”.
El sacerdote Alfonso Mora explicó que son pocos los nacimientos que celebra la iglesia: el de Jesús, la Virgen María y Juan Bautista y detalló las razones del festejo.
“Estaba pronosticado, ya en textos del Antiguo Testamento, que Juan el Bautista vendría a ser un predecesor del Mesías, anunciando la venida del Mesías. Era necesario que se conociera la figura de ese niño, quien al crecer tomaría la misión de ser el anunciador del Mesías, después le tocó a él presentar al Mesías en el bausitmo del Señor.
“San Juan Bautista vino a ser testimonio de la luz, para mantener fresca la idea de un Mesías que vendría a ser salvación con Dios padre. Celebrar su nacimiento es de gran importancia, porque con su llegada termina el Antiguo Testamento y con la aparición de Jesús en el río Jordán representa un nuevo nacimiento de la era cristiana, termina la era profética del Antiguo Testamento y presenta al Nuevo Testamento”, expresó.
Importantísima
El nacimiento de Juan Bautista se encuentra en el Evangelio de San Lucas, capítulo 1, versículos 57 al 60.
Llegó el momento de dar a luz a Isabel, y ella dio a luz un hijo. Y sus vecinos y parientes oyeron que el Señor le había mostrado gran misericordia, y se regocijaron con ella. Y al octavo día vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre, pero su madre dijo: “No es así, se llamará Juan.”
El cura destacó la importancia de recordar la figura del Bautista.
“Nosotros venimos desde todos los tiempos, lo que es el nacimiento de la humanidad, venimos con la mancha del pecado original y San Juan Bautista tiene como centro de su predicación la conversión, el arrepentimiento y la penitencia. Lo que él predica es para limpiar los corazones, allanar los caminos.
“Para nosotros la importancia de la celebración es prepararnos mediante la penitencia, la preparación del corazón y allanar los caminos en nuestra vida; para ser merecedores de la venida del Mesías a nuestro caminar y nuestra salvación”, afirmó.