Este miércoles que viene (el 19 de marzo), es el día de san José.
En Costa Rica hay miles de hombres y mujeres que llevan ese nombre y muchos sienten una gran responsabilidad porque este santo fue alguien ejemplar, noble y muy valiente.
José Andrés Vargas es un vecino de San Rafael Arriba de Desamparados que cree en Dios y sabe el gran papel que tuvo esta figura en la vida de la Virgen María y Jesús.
LEA MÁS: Cuaresma: el tiempo perfecto para recibir a Jesús en nuestros corazones
“Yo soy devoto a san José porque él, aún con la duda que tenía de pensar en un instante que María le fue infiel, dio un sí a ser el papá adoptivo de Jesús y lo cuidó como su verdadero padre. Sí, es una responsabilidad llevar ese nombre.
“Si a mí me hubiera pasado lo mismo que a san José, al saber que una mujer en ese tiempo, por ser declarada adultera, obtenía la pena de muerte y una muerte horrible, la apedreaban, también me hubiera callado”, expresó.
LEA MÁS: Los diáconos son los servidores humildes al servicio del pueblo
El sacerdote German Rodríguez, prefecto de la catedral metropolitana, nos habló del gran papel que juega san José para la Iglesia católica.
“En el evangelio se dice de San José que era un hombre justo, que se había esposado con María y que antes de vivir juntos resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
“Él, como hombre, tal vez pensó que su prometida había fallado, pero decidió dejarla en secreto, aunque la ley exigía que la divulgara. Él tenía buenos sentimientos, pensó en irse en secreto, pero Dios le comunicó a José que no tuviera temor ni miedo en llevarse a María como su mujer, porque lo que había en ella era obra del Espíritu Santo”, relató el cura.
LEA MÁS: ¿Por qué María y José llevaron dos tórtolas cuando presentaron a Jesús en el templo?
Ante estas palabras, José se tranquilizó y se llevó a María a su casa. Se convirtió en el esposo fiel, en el esposo casto y en padre amoroso y ejemplar de su hijo adoptivo.
“José es para nosotros, para la iglesia, un ejemplo de quien en verdad dice sí a Dios, obedece a Dios y le cree a Dios, incluso en aquellas cosas que parecieran difíciles, porque para Dios no hay nada imposible.
“Ojalá que la vida de cada cristiano esté marcada también por el amor a san José, para aprender de él la humildad, la obediencia, la docilidad y también el cumplimiento de la voluntad de Dios. Que como él, sepamos escuchar la voz de Dios y cumplir lo que Dios quiere”, agregó el sacerdote.