El ministro de Salud, Daniel Salas, es hoy una de las figuras más populares del país.

Bien podemos afirmar que es un modelo a imitar entre mucha juventud costarricense que ve en él a un líder, alguien seguro de sí mismo, preparado y de porte elegante. La “Salasmanía” se abre paso y crece.

Esa figura, que ha estado al frente de las acciones de salud que el gobierno ha tomado contra la pandemia del Covid-19, ha ido derrumbando (quizás con golpes suaves, pero rotundos) la idea del macho autoritario que más de uno admiraba.

Virtudes como la inteligencia, el estudio, la buena presentación y el poder de convencimiento con la palabra hacen a un lado características propias de, por ejemplo, el bravuconcillo del barrio, el hijo de papi, el que juega de Pablo Escobar, el deportista sin logros que se cree un crack.

Esas figuras negativas son alimentadas por series de televisión, novelas, películas y estilos de vida que muestran al villano o al popular sin cualidades como alguien que merece ser imitado.

Salas es quizás ahora más popular que el presidente de la República, Carlos Alvarado. Nadie duda de que transmite un mensaje efectivo con un vocabulario claro y sencillo, tiene un parecido, según muchos, con Clark Kent (Supermán) y es atractivo.

Salas tiene muchos rasgos a favor.

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"Es un líder que establece patrones distintos a los que se admiraban, por ejemplo, el control emocional, la forma tranquila en la que habla, la confianza que transmite. Tiene componentes faciales que le ayudan, como que casi no gesticula, es muy natural y eso genera empatía con el oyente”, explica el criminólogo Gerardo Castaing, alguien que ha estudiado a las personas.

Según el experto, el parecido con la imagen de Clark Kent contribuye a alimentar esa visión de héroe que algunos tienen de él.

“Los niños lo tienen como un superhéroe y lo representan en dibujos. Ha sido una conjugación de factores que permiten percibirlo como un líder positivo”, señaló también Castaing.

Añadió que las personas creen que si admiran a este señor las hace parecer inteligentes y eso también suma.

“Es un fenómeno positivo, válido, bueno para el país porque la juventud se da cuenta de que estudiar es importante, que ser médico o científico los puede hacer héroes y salvar al país de cosas malas”, explicó.

Cosas buenas

La sicóloga María Esther Flores añade que lo que ocurre con Daniel Salas en la actualidad se repite en otros países y lo considera algo muy valioso para la sociedad.

“Hoy los líderes en el mundo son los doctores, los científicos, gente con conocimiento. Esto desplaza esa idea de que tener plata es lo más importante. El mundo está volcado a la ciencia, a los estudiosos y él proyecta esa imagen”.

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Comenta Flores que la juventud, en general, siente en estos momentos admiración por líderes sanos. "Están siendo atraídos por gente joven que no anda en despelotes. Hay una atracción hacia lo lindo, hacia lo bueno, a los héroes”, expresó.

Con el deporte frenado en el mundo, los héroes son hoy los que de veras enfrentan riesgos e, incluso, se juegan la vida por salvar la de otros. Nadie llama hoy héroe, por ejemplo, a un futbolista. Sí pasa con los trabajadores de la salud.

Erick Fallas, productor y guionista, acostumbrado a ver películas que exaltan a los antihéroes, también considera positivo el cambio de chip que la sociedad está teniendo con el tipo de liderazgo a seguir a partir de la pandemia y encabezado en Costa Rica por el ministro de Salud.

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Explica que en televisión y cine es común que algunos personajes con más características negativas sean resaltados como héroes o despierten pasiones que los hacen ser admirados.

“En la historia del cine algunos villanos se convierten en héroes, al menos en personas que causan admiración, como el Jocker, pese a que matan, extorsionan, roban, son malos. El argumento lo justifica. El ministro ha sido un boom porque hace mucho tiempo no había en el país una figura de ese alcance. Los políticos no han tenido protagonismo”, dijo.

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Para Erick, el elemento televisión ha sido importante en el caso del ministro pues todas las tardes da declaraciones que le permiten una exposición pero, sobre todo, es que ofrece credibilidad.

“No trata a la gente de idiota, la hace tomar conciencia y me gusta mucho que usa un discurso de cautela y de no echar campanas al vuelo, sino de tener cuidado pese a que los casos de coronavirus han bajado mucho”.

Para Fallas, el ministro tiene cualidades que lo exaltan, pero sin dejar el hecho de ser un humano más.

“No es Supermán, no es un santo, es como cualquier otro hombre pero hace lo que tiene que hacer y lo hace bien y estamos saliendo adelante como país y la gente reconoce a todo el sistema de salud, pero él es la cabeza”, dijo.

Algo de excitación

Capítulo aparte merece lo que lo que el ministro podría causar en algunas personas, una especie de enamoramiento.

La sicóloga María Esther Flores explica que ese gusto por Salas puede tener incluso algún componente de deseo sexual. No sería extraño, ni nuevo, ni malo.

Así lo explica: “Un libro que se llama El Erotismo, de Francesco Alberoni. Dice que a nivel social, las mujeres ponen barreras cuando van a ser conquistadas, son difíciles en ese proceso y el hombre pone todo el empeño en eso”.

“Pero cuando se la conquista y la mujer cae enamorada, el hombre pierde el interés en mantener ese comportamiento pero la mujer ya se ha entregado totalmente”, dice la experta.

“En ese tiempo de conquista le llama la atención, por una cuestión de instinto sexual, el hombre fuerte para preservar la especie y en eso entran los hombres con uniforme y de altos rangos”, dijo.

Explicó que si bien es cierto, don Daniel no usa uniforme, tiene un estatus dentro del gobierno que lo hace ver como un hombre que toma decisiones, que lleva al país por buen camino, como un líder. Lo vinculan con el poder.

"Y si encima de eso, es joven, atractivo y se supone que tiene plata, aunque no haga ostentación de eso (queda como en el imaginario por la investidura) entonces es comprensible que resulte muy atractivo.

“Es un estímulo y el señor ministro es guapo. Puede generar un deseo sexual, las mujeres pueden decir ‘es joven, guapo, inteligente...’".

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Otro... en Nueva York

Un fenómeno similar ocurre en Estados Unidos, específicamente en el estado de Nueva York, epicentro del COVID-19 del país del norte por la cantidad de casos y fallecidos.

Allá pasa con el gobernador Andrew Cuomo.

En un reportaje en la cadena Telemundo, la periodista María Celeste Arrarás informó que miles de mujeres están “enamoradas” de Coumo, sin ser el hombre guapo del mundo, pero sí por la seriedad y liderazgo con que ha llevado la lucha contra la pandemia.

En su Facebook María Celeste escribió, promocionado el reportaje sobre el gobernador: "Durante la pandemia miles de mujeres en todo Estados Unidos se han enamorado del gobernador Cuomo de Nueva York. Es un fenómeno muy interesante”.

En el reportaje aseguran que el lenguaje directo y sencillo de Cuomo pone a la gente en un estado de alerta pero de una forma que genera confianza. Eso ha sido la clave para generar ese efecto en las mujeres.

El gobernador tiene 62 años y mucha experiencia política que le ha generado opiniones favorables y desfavorables en su carrera, pero que hoy atrae hacia él muchas miradas femeninas.

El propio Cuomo ha reconocido que nunca se ha sentido tan popular, incluso se asegura que ha rebasado a su hermano Chris, conocido como el galán de la pantalla. Chris es presentador de la cadena CNN.

Según el reportaje, nueve de cada diez neoyorquinos están satisfechos con el manejo que Cuomo con la pandemia.

Las camisetas, jarras, gorras y muchos artículos más dan fe de esa fama súbita que ha puesto a todos en Nueva York a hablar de Andrew Cuomo, fenómeno que ya se conoce como ‘Cuomamonía’.

¿Será que en Costa Rica tendremos la ‘Danielmanía’?