Kianni Nayad Bolívar Flores está como loca de contenta porque se sacó la nota perfecta en el examen de admisión de la Universidad Nacional (UNA). Pegó los 900 puntos. También está como loco de contento el padre Sergio Valverde, de Obras del Espíritu Santo, ya que la joven estudiante es parte de la familia de esa institución.
Es una verdadera historia del sí se puede. También lo es de aquella frase que dice: “Dios es perfecto en todo lo que hace”.
Alguien puede pensar que todo comenzó el pasado 2 de diciembre cuando la UNA le anunció al país que ocho estudiantes lograron la nota perfecta, pero nada que ver, esta historia empieza hace casi 18 años y 3 meses, cuando la mamá de Kianni tenía seis meses de embarazo y un doctor le dijo que lo mejor para su salud era que abortara.
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Durante el embarazo, doña Juanita Flores, la mamá de Kianni, desarrolló un tromboembolismo pulmonar (TEP). Se le taponearon algunas arterias de los pulmones y eso provoca que la sangre que les llega desde el corazón lo haga con poquito oxígeno por culpa del coágulo.
La mamá ni pelota le dio al doctor que le recomendó el aborto, ella estaba totalmente clara en que “jamás iba a abortar”, y que si “tenía que morir yo, pues era por la voluntad de Dios. No pensé ni un segundo en el aborto, mi hija iba a nacer y punto, sabía que Dios tenía el control”, comenta doña Juanita.
Kianni nació cuando ella quiso y no cuando la esperaban. Se adelantó como 15 días. Vino al mundo el 14 de diciembre del 2006 en perfecto estado de salud. Falta muy poquito para que se cumplan 18 años desde el nacimiento de la estudiante, y tanto ella como la mamá están pura vida de salud. Tuvo y tiene razón doña Juanita, Dios controla todo.
Desde que nació ella fue un verdadero “terremoto”, siempre activa, alegre, en movimiento y siempre aprendiendo. Con menos de tres años ya sabía algunas letras y números. Dice la mamá que a su hija le encanta leer porque ella leyó mucho durante el embarazo.
En el kínder se aburría demasiado, porque todo se lo aprendía muy rápido. En la escuela la dejaban dormirse por horas porque se aprendía demasiado rápido todo. Nunca le costó el colegio y ama las matemáticas.
Días duros
Madre e hija viven en uno de los albergues de Obras del Espíritu Santo desde el 2020, porque la pandemia provocó que a doña Juanita la despidieran y eso le trajo enormes problemas económicos.
El padre Sergio les abrió las puertas de par en par y ambas están con Obras del Espíritu Santo desde aquel 2020; incluso, Kianni es voluntaria y ha ayudado en las ya tradicionales fiestas navideñas que la institución les hace a miles de niños de todo el país.
“Una termina muerta de cansancio, pero la sonrisa de los niños con sus jugueticos vale todo ese cansancio y más”, reconoce la nota perfecta de admisión en la UNA.
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Buscando una mejor alternativa en la educación de una niña que se aburría en los centros educativos tradicionales, Kianni terminó el cole en el Centro Integrado de Educación de Adultos (Cindea), María Mazzarello en barrio Don Bosco. Esta institución es dirigida por la organización Sor María Romero y le ayudaron muchísimo y muy bien en sus estudios.
¿Será que Kiannni pagó cursos especiales para lograr la nota perfecta en el examen de admisión de la UNA? “No. Ni un cinco pagué. Estudié mucho, busqué prácticas en Internet, en el colegio me ayudaron demasiado y así logré prepararme muy bien. No le pagué a nadie”.
¿Sigue con Obras del Espíritu Santo? “Soy beneficiaria de unos de sus programas, el del albergue para madres solteras con hijos. Mamá y yo vivimos en el albergue desde julio del 2020″.
¿Fue fácil la ruta a los 900 puntos? “Para nada. En el 2020 con todo lo que vivimos mi mamá y yo, la verdad tuve demasiadas dudas de si iba a poder seguir estudiando, pero Dios nos ayudó, me esforcé y se logró ese puntaje”.
¿Qué sigue? “Ahora tengo que escoger una universidad. Es que en el examen de admisión de la Universidad de Costa Rica (UCR) pegué 749 puntos de 800 posibles. Tanto en la UNA como en la UCR puedo entrar a sicología, que es lo que me gusta, para después especializarme en sicología forense. Todavía no decido”.
Superalegre
“Por misericordia de Dios recibimos estas noticias tan lindas y eso nos alegra muchísimo, porque estamos promoviendo tres cosas: uno, Dios sobre todas las cosas, independientemente de la religión; dos, valores, y tres, el estudio. Cuando se junta Dios, valores y estudio, eso no lo para nadie.
“Una de nuestras metas es esa, lograr ciudadanos de gran valor para el país. Kianni es un perfecto ejemplo de que cuando se quiere, se puede. La pobreza, ante todo, es falta de oportunidades. A estas personas es solo de darles la mano para que caminen, pues en eso tratamos de especializarnos sin diferencias de nacionalidad, religión, ni nada”, comentó más que alegre el padre Sergio.
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Es por eso, asegura el sacerdote, que están luchando por construir las Torres del Espíritu Santo, para que jóvenes como Kianni tengan un lugar en el cual puedan estar mientras estudian. Para ayudar a la obra puede hacer un SINPE Móvil al 8959-2020.