El padre Jairo Francisco Cordero Artavia, cura párroco de la parroquia de Santa Bárbara de Heredia, va rezando el rosario mientras corre los 42 kilómetros y 195 metros de una maratón, también lo hace cada vez que sale a correr como parte de su entrenamiento.
“Entendí que correr es una muy linda oportunidad para encontrarse con uno mismo y, evidentemente, para encontrarse con Dios, por eso siempre que salgo a correr llevo el rosario en la mano y voy rezándolo.
“Mientras corro rezo por el papa Francisco, la iglesia Católica mundial, las familias, todos los sacerdotes, por toda la gente de mi parroquia y por los enfermos. Cada paso que doy me sirve par continuar mi encuentro con Dios”, nos explica el sacerdote.
Para el padre Cordero, correr una maratón de 42 kilómetros se necesita una entrega completa y llena de fe a Dios, que es quien ayuda en todo momento.
“La maratón en sí y la preparación para correrla es muy similar a la vida de iglesia. Uno tiene que mantenerse entrenando, o sea rezando, todos los días.
“Se necesita una preparación intensa para estar bien preparado ante cualquier obstáculo en el camino. La vida con Dios nos permite entender que se debe vivir un día a la vez, así es una maratón, se debe pensar en un kilómetro a la vez.
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“Para mí una maratón no es correr 42 kilómetros, es correr 1 kilómetro 42 veces. La vida de iglesia nos llama a imponernos pequeñas metas para irlas cumpliendo, o sea, cumplir un kilómetro a la vez”, analizó el cura párroco.
Durante el desgastante recorrido de una maratón, el padre Cordero, quien ya corrió tres de esas competencias, nos confiesa que además de ir rezando va pensando en cómo solucionar los problemas que siempre se presentan en una comunidad, pone en manos de Dios todo lo que hace y también atiende las diferentes señales del cuerpo para evitar alguna lesión o exceso físico.
Los inicios
Al padre Cordero los buscamos porque lo vimos posteando fotos en redes sociales en las cuales muestra tremenda alegría por haber corrido y terminado la pasada edición de la maratón de Nueva York.
Hace poco cumplió 40 años y el regalo que se dio fue esa famosa competencia. Es palmareño de la pura cepa e hizo el primer año de Medicina porque antes del llamado vocacional al sacerdocio tenía la intención de convertirse en doctor. Fue ordenado sacerdote en el 2009.
En el 2012 se fue para Roma, Italia, en donde sacó una especialización en Teología Bíblica en la La Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. En el 2015 regresó al país y se metió más en el deporte, sobre todo porque desde los 20 años fue diagnosticado con diabetes.
“Comencé más serio a hacer triatlón, sin embargo, estando de cura párroco en La Guácima de Alajuela tomé la decisión de dejar la bicicleta por el peligro en las carreteras. A partir de ahí me concentré en correr y crecer con mi rendimiento físico.
“Encontré en correr una herramienta para lograr una vida equilibrada, cargada de salud física y una tremenda ayuda para bajar el estrés y la ansiedad que tanto nos golpean por estos tiempos. Cuando inicié jamás me imaginé que llegaría a correr una maratón. Sí me imaginé corriendo media, de hecho, corrí los 21 kilómetros en una competencia en Miami (Estados Unidos)”, recordó el padre.
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Tres maratones
En medio de la pandemia, en el 2020, hizo su primera maratón. Se había inscrito a inicios de ese año en la maratón de Vancouver, Canadá, pero como el planeta se detuvo, decidió hacerla en Flamingo. Aguantó bien a pesar de lo duro del clima a nivel de mar. Reconoce que sí tenía nervios por no terminarla. La corrió completamente solo.
“La segunda fue en el 2021, en la maratón de Chicago. Recién abrieron las fronteras en Estados Unidos y me fui. Jamás la olvidaré, fue maravillosa. Como la primera en Flamingo, la corrí solo, no había experimentado correr los 42 kilómetros con otros corredores y con tantísimos como en esa maratón.
“La tercera fue este año en Nueva York. Me mantuve en mi ritmo y por eso nunca tuve que caminar. Uno debe reconocer sus capacidades y limitaciones. No hay que correr al ritmo de otros. Fue una maratón que me sirvió demasiado para mantenerme en contacto con Dios”.
Fiestas patronales
Aprovecha el padre para recordarnos que del 30 de noviembre al 10 de diciembre serán las Fiestas Patronales Santa Bárbara 2023. Como buen atleta, el padrecito siempre promueve en esas fiestas que haya un evento deportivo.
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En esta ocasión hay una carrera-caminata de 7 kilómetros. La inscripción vale 12 mil colones y si en una familia se inscribe el papá o la mamá, los hijos corren gratis, esto para promover el ejercicio en familia.