Hay choferes que se la juegan y se creen inmortales, por lo que se pasan la luz roja del semáforo sin importarles la consecuencias que eso puede generar en sus vidas o en las de otras personas.
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El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) informó que en lo que va del año (con corte a julio) 1.950 conductores fueron sancionados por no detenerse frente a la luz roja del semáforo y otros 206 por no detenerse en un cruce, pese a que tenían una señal de alto vertical, pintada en la carretera o en ambos sitios.
Además de la multa que corresponde en esos casos, que es de ¢248.000, los choferes sumaron cuatro puntos en su licencia.
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El director de la Policía de Tránsito, Oswaldo Miranda Víquez, dice que esta conducta es muy reprochable, porque normalmente la primera potencial víctima son los peatones, pero, al margen de ello, son muchas personas las que se exponen a la muerte o lesiones graves por esta irresponsabilidad, que es estimulada por el deseo de ganarse unos segundos.
“Lo más paradójico es que ese mismo irresponsable lo vemos a los 100 metros esperando la luz verde del otro semáforo, entonces tampoco valió la pena el riesgo. A veces una conducta precipitada, para ganarse dos o tres segundos, nos cobra años en procesos judiciales y hasta años en la cárcel”, reflexionó Miranda.