Nacional

Runrunes de posibles ganadores del acumulado inundan San Carlos

Chancero no dirá a quién se lo vendió

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El chancero Luis Gerardo Sibaja Mora, conocido como Carlos Sibaja, vendió el acumulado. Foto Edgar Chichilla.

Los runrunes de quienes fueron los felices ganadores que se pegaron el premio acumulado de la Junta de Protección viajan por WhatsApp y en cada esquina de San Carlos.

Hasta fotos y audios del que sería el nuevo millonario viajan de allá para acá.

Se habló del dueño de una bomba, de una maestra y una conserje. Sin embargo, el primero negó que haya sido el feliz afortunado y las demás no pasaron del cuento, solo han sido rumores, pues nadie ha querido confirmar si es un nuevo millonario.

El chancero Luis Gerardo Sibaja Mora, conocido como Carlos Sibaja, fue el que vendió ¢1.390 millones del premio acumulado.

Carlos tiene su puesto desde hace 45 años costado este del mercado en Ciudad Quesada, San Carlos. Se caracteriza por vender en su carro rojo Mitsubishi Montero, el cual estaba ayer a reventar, todos querían comprarle al que llevó la suerte.

"Me buscan muchos por la honestidad, por la honradez, porque aquí se vende al precio oficial, no cobro ni un cinco más", comentó Sibaja.

Este sancarleño de pura cepa asegura que vendió los dos enteros de la serie 770 con el número 84, aunque no soltó prenda de quién pudo ser el ganador.

Don Luis sostiene que ha vendido muchas veces el premio mayor de diferentes sorteos, unas seis veces, y que este es el más grandote en toda su carrera, algo que lo tiene muy orgulloso, pues no le cobró ni un colón más del precio oficial a quien se lo compró.

Agregó que solo le hace falta vender el gordo navideño para completar su privilegiado currículum.

Gran cantidad de compradores se acercaron al carro donde vende don Luis Gerardo. Foto: Edgar Chinchilla.

Don Carlos confiesa que algunos clientes lo han sorprendido con platica en agradecimiento, pero otros más bien se han alejado y no regresan, como si fuera obligación darle algo.

“Eso no es así, si me quieren regalar es cosa de ellos, hay gente de buen corazón que sí lo hace, pero si no, no hay problema”, indicó

Luego de que se extendió el runrún de que don Luis había vendido el premiezote, los clientes comenzaron a llegar como abejas al panal, rapidito se le acabaron todos los chances.

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