El arte de pintar carretas típicas costarricenses es para doña María Cambronero Marín algo que nace en la pura pasión y el amor. “La carreta típica se pinta con el corazón”, dice muy segura y alegre.
Es una puriscaleña de la pura cepa, vive en Santiago de Puriscal, tiene 51 años y pinta carretas hace 36. En su familia no había ni hay nadie que pinte carretas, ella comenzó desde los 14 años y ya no se ha detenido.
A doña María la conocimos gracias al proyecto Mujeres Boyeras...Mujeres del Patrimonio, que cuenta con el apoyo del Fondo Becas Taller de la Direccion de Gestión Sociocultural del Ministerio de Cultura y Juventud, que realizó Alejandro Guevara Muñoz, de la página especializada en temas de tradición boyera: www.boyeotico.com que este año celebra su 15 aniversario.
“Me apasiona pintar carretas. Cuando tenía menos de 18 años, aquí en Puriscal, la familia de Ornamentales Delgado me ayudó a afinar el arte de pintar las carretas y desde ahí me apasioné y aprendí a ponerle todo el cariño, todo el amor a cada carreta que pinto.
“Pintando una carreta puedo durar unos dos meses. Hay que recordar que soy madre y abuela (tiene 2 hijos y una 1 nieta que se llama Marcela Daniela y tiene 3 años), eso me ocupa tiempo del día en las labores del hogar, después, sí me pongo a pintar”, nos comenta la puriscaleña.
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Reconoce que hace unos 10 años pintaba entre 3 y 4 carretas al año, porque había mucho agricultor que, para protegerlas del clima, las mantenían bien pintaditas, sobre todo en los trapiches. Pero como ese oficio agrícola ha bajado mucho, por estos días del 2022 no llega ni a 3 al año. En lo que vamos del año, ya pintó una de tamaño normal y una para adorno. Actualmente, está pintando un yugo.
“Definitivamente, para una carreta se ocupa 100% inspiración y 100% amor. Tiene que ser que a uno le gusta, que una esté enamorada de lo que hace, no es solo poner colores sino darle vida a esos colores, siempre pensando en la tradición y lo que realmente significa una carreta.
“A mí me encanta lo que hago por eso en cada pincelada va parte de mí y de la inspiración que Dios me da en cada trabajo que hago. Me siento orgullosa de pintar carretas”, asegura con voz firme doña María.