Un experto en protocolo aseguró que no es de buen gusto las actitudes que el presidente Rodrigo Chaves tomó el jueves por la noche, luego de dar su informe de labores en la Asamblea Legislativa.
Además, agregó que después del gobierno de Laura Chinchilla se ha desprestigiado la investidura presidencial.
Minutos después de dar su discurso, el mandatario se acercó a las afueras del Congreso para compartir con un grupo de seguidores.
Chaves estuvo acompañado de la diputada Pilar Cisneros y de la ministra de Planificación, Laura Fernández. En sus primeras palabras, Chaves se refirió al edificio del Congreso como una “caja de leche” y luego exaltó la figura de Cisneros, preguntando quién le limpiaba los zapatos a la diputada. Ahí, los asistentes se volvieron locos y comenzaron a corear “Pilar, tesoro nacional”.
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Pero no solo ellos le hicieron porras a la legisladora oficialista, la ministra también movía sus brazos, eufórica, manifestando su apoyo a la diputada y Chaves no se quedó atrás. Luego, el presidente defendió su trabajo y aseguró que “Costa Rica no llora, Costa Rica factura”, robándole la famosa frase a la cantante Shakira y, de nuevo, sus seguidores estallaron en júbilo.
Válido pero....
Para Juan Carlos Bonilla, el presidente Chaves tiene un estilo particular, que en su criterio, es más un estilo de campaña política que de la presidencia.
“Forma parte de la estrategia que ha diseñado Casa Presidencial para el manejo de la comunicación de la imagen del presidente.
“Es una estrategia válida. Primero estuvo en el recinto legislativo y ahí se mostró con el señorío que se requiere en este tipo de eventos y luego se dirige al pueblo, le habla en el lenguaje del ciudadano común y eso le gusta al pueblo y lo vitorean, le aplauden”, afirmó.
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Pero para Bonilla, es de mal gusto la forma en la que se presenta el mandatario y sus ministros.
“Es válido, aunque no es de buen gusto, pero es parte de la misma estrategia, los ministros creo tienen una directriz para actuar así, para elaborar discursos en función de lo que Casa Presidencial quiere. No vería a un ministro haciendo porras, haciendo vítores, gritos”, destacó.
Desprestigio
El experto fue más allá y dijo que despues de doña Laura Chinchilla (2010-2014) la investidura de la Presidencia de la República se ha desprestigiado.
“Luis Guillermo Solís se vistió de todo, de bombero, policía, hizo un acto debajo de un puente, cruzó un río y se cayó, en Guanacaste bailó y se cayó.
“Carlos Alvarado pegó gritos en Guanacaste un 25 de julio y acudió a un traspaso de poderes en el extranjero con traje casual, no tenía esa elegancia que debía en un acto oficial. Usted no ve eso en los grandes estatistas del primer mundo, como Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, o Emmanuel Macron el presidente de Francia”, afirmó.
Bonilla aseguró que el nuevo milenio nos está haciendo evolucionar a otras formas distintas de presentarse y por eso no vemos en algunos países las mejores formas o las más elegantes.
“Con el populismo se pierde la formalidad para adoptar posiciones, esto es degradar la investidura, no me acuerdo haber visto así a expresidentes como Miguel Ángel Rodríguez, Rafael Ángel Calderón o Jose María Figueres, quienes siempre se presentaron con respeto mientras eran mandatarios”, señaló.