La parroquia de barrio Córdoba tiene uno de los portales más lindos de Tiquicia gracias a que el padre Óscar Brenes decidió copiar una tradición que inició su mamá.
El párroco de esa ermita es el encargado, desde hace tres años, de darle un color diferente a la localidad por medio de la construcción de un pasito que ya tiene 12 años de estar creciendo y que al parecer no se va a detener, pues cada vez le mete más figuras.
"Mi mamá tenía la costumbre de hacer el portal lo más grande posible y como yo siempre le ayudaba a hacerlo, me heredó la tradición", dijo el creador de este chuzo de portal.
El gusanito, que ya lo tenía en la sangre, terminó de agarrar fuerza cuando el padre se compró sus primeras imágenes durante un viaje que hizo a Italia.
Ahí se compró una Sagrada Familia y no se detuvo por lo que en la actualidad cuenta con cerca de 350 figuras.
Pastores, ovejas, aldeanos, soldados romanos, ángeles, animales, frutas, puentes y pozos forman parte del espectáculo de piezas que conforman el portal y de las cuales hay de todos los tipos y tamaños.
De hecho, es tan grande que hasta el mismo padre vaciló diciendo que lo hace en la Iglesia porque si lo hiciera en su casa tendría que dormir afuera.
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A pesar de que tiene ese tanate de figuritas, el padre nos confesó cuáles son sus favoritas y por qué.
"Hay dos personajes que me gustan mucho, uno es un padre de familia que está arrodillado adorando al niño Jesús y el otro es un pastor que carga sobre sus hombros a una oveja, esas son dos de las que más me gustan porque las compré en Madrid", dijo el orgulloso padre.
Lo bonito de todo es que el mismo Barrantes asegura que la intención de armar un portal tan lleno de personajes y llamativo es para que la gente recuerde cuál es el sentido de la Navidad.
Por esa razón es que él cuida tanto cada piecita, las cuales guarda con mucho cariño durante la mayor parte del año.
"Las tengo en una bodega especial para ellas porque la verdad sí requieren de mucho espacio debido a que todos están en sus cajas originales", añadió.
Para armar el portal de este año duró casi un día entero porque el sacerdote nos contó que comenzaron a armarlo el jueves 21 de diciembre a las 8:30 a. m. y terminaron a las 12:30 a. m. del viernes.
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El padre asegura que duraron ese tiempo porque lo armaron entre cinco y seis personas, ya que si lo hace solo se le va todo el año en eso.
Según Brenes, la intención es que el portal siga creciendo año con año, a pesar de que ya es inmenso, por lo que espera que para el próximo año ya no sea de 350 piezas, sino que cuenta con muchas más.
Lo que más motiva al padre a hacer esto es ver la reacción de la gente cuando llega al templo porque hasta fotos le pasan tomando, una acción que lo llena de orgullo y felicidad.
El sacerdote nos contó que todos los años trata de hacer la forma del portal de una manera distinta y apoyándose en alguna imagen de Belén.
Por ejemplo, el de este año tenía que ver con cómo es la noche del 24 de diciembre en Belén. Veremos qué se le ocurre para el próximo año.