Andrés Monge Quirós es un alajuelense que perdió una pierna en un accidente de moto, un lamentable suceso que a cualquiera podría desmotivar, pero no a este guerrero que, lejos de agüevarse por su nueva condición, se empunchó y ahora hasta tiene dos negocitos para seguirla pulseando.
Uno es el “Kiosko Sarai”, el cual abrió sus puertas este martes 18 de junio, aunque bien, bien ese lugar se pudo llamar “Kiosko Ave Fénix Fénix”.
¿Por qué con doble Fénix? Porque don Andrés superó dos fuertes accidentes en los cuales pudo haber perdido la vida.
“Aquí voy como el ave Fénix, renaciendo sin tiempo que perder”, nos dice con una tremenda motivación por todo lo bueno que está seguro se le viene.
El segundo emprendimiento que tiene se llama “El Milagro” y consiste en la venta de comidas preparadas, como encurtidos o chileras, ese lo abrió en el 2016.
Este vecino de Ciruelas de Alajuela cumple 49 años el 5 de agosto. Sus emprendimientos han sido en el sector de los alimentos porque es un excelente cocinero, así que hace postres fríos, pastelillos, empanadas arregladas y cualquier pedido que le hagan, durante once meses del año, ya que en diciembre se dedica a hacer ponche y queque navideño, los cuales, como todo lo que hace, le quedan sabrosos.
Cuando le faltaban horas para abrir su negocito nuevo, en febrero del 2013, tuvo su primer gran accidente en el puente de Ciruelas de Alajuela y sufrió daños que le dañaron la columna a tal punto que los doctores le aseguraron que no volvería a caminar.
Como es un positivo de la vida luchó duro y para sorpresa de los doctores, antes del fin de año del 2013 ya estaba dando sus primeros pasos y entrado el 2014 ya caminaba muy bien, pero le fue imposible, por el accidente, que le dieran trabajo cocinando.
“Tras ese accidente me dediqué a repartir comida en moto, como conocía el sector de restaurante logré ganarme la vida como repartidor. Con ese trabajo estaba avanzando bien, pagaba mis facturas y donde vivir. Soy solo, no tengo a nadie, por eso cuando me enfermo tengo que curarme solo.
“Todo iba bien durante varios años hasta que el 11 de junio del 2022 sufrí un accidente con la moto en Ciruelas. Otra moto, que venía a más de 90 kilómetros por hora, invadió mi carril y me chocó. Me quebró la rodilla, el fémur, en fin, me destrozó la pierna izquierda a tal punto que el 22 de marzo del 2023 me la amputaron”, recordó con dolor el alajuelense.
Le tocó otro gran proceso de recuperación, otra vez a la silla de ruedas y otra vez a arrancar de cero. En esta ocasión, nos dice, tuvo varios ángeles en el camino, como la gente del Taller de Prótesis en donde le dieron una prótesis que está a punto de usar porque todavía debe sanarle una herida en el pie derecho, una vez eso pase, no tiene dudas: “volveré a prender a caminar y seguiré luchando por avanzar en mi vida”.
Sueña en grande
La historia de este pulseador la conocimos gracias a la I Feria del Emprendedor Amputado que realizó la Caja Costarricense de Seguro Social (Caja) en las instalaciones del Taller de Órtesis y Prótesis en La Uruca.
“Yo no me quedo quedito. Como lo mío es la cocina, la lucho haciendo ricos productos y eso fue lo que expuse en la feria de la Caja. Me fue muy bien, la verdad, a la gente le encantaron mis productos.
“Con el nuevo emprendimiento, el Kiosko Sarai (es el nombre de su hija), tengo grandes objetivos, estoy seguro que pronto lo volveré un restaurancito que se encargue de rescatar la verdadera comida típica costarricense, esa es una de mis metas, lograr que nuestra cuchara sea ejemplo nacional e internacional”, prometió.
Don Andrés cuenta que logró un contrato para alimentar a 25 estadounidenses que vinieron de vacaciones a Tiquicia y les hizo picadillos de plátano verde con chayote, papaya verde y chicasquil, además, les palmeó tortillas, hizo mondongo en salsa, frijolitos blancos con pezuña de cerdo y los dejó como locos de la sabrosera.
“Esos estadounidenses me confirmaron que la cuchara tica es muy gustada. Cuando vienen extranjeros aquí a donde los llevan es a comer comidas de otros países, por eso pasan pidiendo gallopinto, porque lo escuchan afuera y desean probarlo aquí.
“Como la gente sabe, el principal ingrediente en la comida es el amor y eso me sobrará en lo que prepare. Ahorita arranco vendiendo mis pastelillos, las empanadas arregladas, también aguacates, plátanos verdes y maduros, bananos y huevos”, nos explica el emprendedor a quien usted puede hacerle pedidos llamando al 7135-5395.
El kiosko queda 300 metros oeste de la panadería sabor y pan, en calle Sánchez, frente al condominio villa Andalucía, en Ciruelas de Alajuela.