Trasladándose en su “machetico”, una moto, para el trabajo fijo que tiene de día, sufrió un accidente de tránsito hace tres meses y se fracturó la tibia y el peroné. La moto quedó hecha leña, pero dos meses después los dos, medios reparados, volvieron a las calles.
Hernán Gómez Gómez, venezolano de nacimiento, es todo un ejemplo porque no se ha terminado de recuperar del todo y ya anda breteando duro unas ocho horas al día sin importar la lluvia y que anda en muletas.
Buscamos a este pulseador porque nos mandaron una foto donde estaba repartiendo comida en su moto con las muletas bien amarraditas en la bichita. Nos explica que está repartiendo comida usando muletas porque “no tengo tiempo que perder y muchas facturas que pagar”.
Hace cinco años llegó a Costa Rica. Vive en Concepción de San Isidro de Heredia. Tiene un trabajo fijo en las mañanas como mensajero y por la tardes y noches le mete bonito a repartir comida para ganarse una extra y así pagar todas las cuentas.
“Hay que pagar la luz, el agua, el apartamento, la comida, en fin, son muchos los gastos. Vine a este país con la ilusión de un futuro mejor y así es porque gracias a Dios puedo enviarle dinero a mi hijo y a mis papás.
“No es que me sobra el dinero, al contrario, pero en este país he logrado ganarme lo suficiente para vivir y colaborar con mi gente en Venezuela. Para eso tengo dos trabajos porque con uno no me alcanzaría”, explica el venezolano nacido en Táchira, uno de los 23 estados de Venezuela, quien confirma que llegó a Tiquicia para quedarse, de hecho, ya tiene su residencia.
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El día que sufrió el accidente todo fue muy complicado porque sufrió él y sufrió su machetico de trabajo.
Justo iba para el trabajo de mensajero, cuando, explica, se le atravesó el carro y el choque fue imposible de evitar. Algunos testigos le dijeron que no entienden cómo sigue vivo porque en verdad fue un bo mbazo.
“Estoy vivo de milagro. Dios sabe por qué hace las cosas. Inmediatamente me accidenté me llevaron al INS (Instituto Nacional de Seguros) y ahí me confirmaron que tenía fractura de tibia y peroné.
“Los siguientes dos meses fueron de tres operaciones para arreglarme la pierna izquierda. En realidad, me operaron tres veces en 20 días. Las primeras semanas fueron muy duras; sin embargo, sabía que cada operación era para arreglarme mejor”, comenta.
-¿Por qué a la moto tan rápido?
Quien está bien económicamente le da igual que la recuperación sea de dos, tres o seis meses, yo no puedo, si no trabajo no como y no puedo pagar el apartamento. Ni siquiera es algo que tenga que pensar, a trabajar y punto.
-¿Es difícil repartir comida con muletas?
Nada más imagínese. Claro, es bien complicado y más cuando llueve. No estoy en posición de ponerme a pensar si es difícil o no, me toca acomodarme como pueda.
-¿Cómo le va con la gente?
Demasiado bien, la verdad es que no me esperé que la gente se portara tan bien conmigo. Los restaurantes me ayudan mucho a meterme las órdenes en el bolso y los clientes siempre me dicen que me quede tranquilo que ellos mismos sacan la comida del bolso. Gente muy linda hay en este país.
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-¿Es duro vivir en Costa Rica?
Bastante, pero no me quejo. Llegué al país gracias a un familiar, pero él se fue para Europa y yo me quedé. Sí me ha tocado bien duro, la gran ventaja aquí es que hay oportunidades para ganar dinero y comer, al menos, arroz y frijoles.
Uno lo que ocupa es eso, tener las oportunidades. Comencé repartiendo comida con una moto alquilada, pero pagaba 240 mil colones mensuales y qué va, era demasiado. Mi novia, quien es tica, me ayudó a comprarme la moto nueva y así pagar mensualidades por algo propio.
-¿Cómo hizo con la motico si quedó hecha leña?
Esto también refleja lo linda que es la gente de este país porque entre lo que he recogido, la ayuda de mis compañeros del trabajo de mensajería, logré reparar la moto para volver a trabajar. No me han dejado solo.
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-¿Sin quejas entonces?
No se puede y no tengo tiempo para quejas. Lo único que se ocupa es tener ganas de trabajar. Si usted no tiene ganas por más que le ayuden no sale adelante y si usted tiene ganas de superarse en la vida, con un poquito que le ayuden avanza bastante. Nada de quejas, prefiero trabajar.