Ya desde principios de este mes de agosto el Hospital de Niños alertó saturación en sus Unidades de Cuidados Intensivos, por eso, hay que cuidar a los pequeñitos de la casa, sobre todo porque las autoridades de salud recuerdan que la temporada del virus respiratorio sincitial (VRS) recién esta comenzando y este virus es de los que, lamentablemente, mata varios niños por año en nuestro país.
Con el VRS no es jugando el asunto, un estudio del Hospital de Niños demostró que entre 2014 y 2018 fueron hospitalizados 8.902 pequeñitos por este mal, casi 2.500 ocuparon atención en una Unidad de Cuidados Intensivos y 76 murieron. En promedio, cada año mueren entre 16 y 22 niños por el VRS.
Es por eso que los especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) hacen un llamado a los padres de familia y cuidadores de niños a estar atentos ante el aumento en la circulación del virus respiratorio sincitial en nuestro país.
Según explicó la doctora Olga Arguedas Arguedas, médico inmunóloga y directora del hospital Nacional de Niños, en las últimas semanas se ha observado un incremento en la cantidad de consultas y hospitalizaciones.
Tanto la doctora Arguedas como la doctora Adriana Yock Corrales, especialista en medicina de emergencias pediátricas del hospital Nacional de Niños, constantemente explican que el virus respiratorio sincitial es capaz de causar infecciones de los pulmones y en el aparato respiratorio y es la primera causa de hospitalización de los lactantes en el mundo y la segunda causa de muerte postnatal en el planeta. “Es un problema de salud pública incuestionable”, asegura la doctora Arguedas.
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Las infecciones a causa de este virus en nuestro país son muy frecuentes; incluso cerca del 90% de los niños al cumplir los 2 años ya han sufrido al menos una infección por este virus, muchas de las cuales se presentan como infecciones respiratorias muy graves que requieren de hospitalización y, en muchos casos, de ventilación mecánica y atención en la unidad de cuidados intensivos.
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La doctora Yock agregó que, si bien el año anterior, ante la mayor cantidad del covid-19 en el ambiente, no se distinguió la presencia del virus respiratorio sincitial, en el mes de julio de 2021 se observó un incremento del 15% en las atenciones por este virus en el servicio de emergencias del hospital y para el mes de agosto ya se observa un comportamiento similar al que se observaba antes de la pandemia por covid-19.
“Es importante destacar que, a diferencia de la covid-19 donde los niños que se hospitalizan regularmente presentan enfermedades que constituyen factores de riesgo, en el caso del virus respiratorio sincitial dos terceras partes de los niños que se hospitalizan no poseen factores de riesgo, son niños conocidos como sanos”, aclara la doctora Yock.
Atentos a los síntomas
Las especialistas pidieron a padres y cuidadores de niños, especialmente menores de dos años, a estar vigilantes ante la presencia de los signos y síntomas que puede presentar el virus sincitial, pues, según aseveró la doctora Arguedas: “24 horas después del inicio de síntomas el niño puede verse bien y 72 horas después tener fallo respiratorio”.
Los signos y síntomas del virus respiratorio sincitial frecuentemente aparecen entre cuatro y seis días después de la exposición al virus y pueden incluir: nariz congestionada o que gotea, tos seca, fiebre baja, dolor de garganta, estornudos y dolor de cabeza.
En casos graves, este virus puede extenderse al aparato respiratorio inferior, causando neumonía o bronquiolitis (inflamación de las vías respiratorias inferiores que ingresan a los pulmones).
En estos casos los signos y síntomas pueden incluir: fiebre, tos intensa, sibilancias al respirar (sonido agudo que se escucha al exhalar), respiración rápida o dificultad al respirar y color azulado de la piel a causa de la falta de oxígeno.
En el caso de los lactantes se debe estar atento a la presencia de una respiración superficial, corta, y rápida, gran dificultad para respirar (los músculos y la piel del pecho jalan hacia adentro cada vez que respira), tos, cansancio inusual (letargo), irritabilidad y el hecho de que el bebé coma mal.