Cuando pensamos que este 2024 ya estaba finalizando y no podía traernos ninguna sorpresa más, resulta que en uno de los lugares más transitados de toda Costa Rica, apareció uno de los yacimientos arqueológicos más grandes e importantes en la historia del país.
A un costado de la ruta 32, específicamente en Pococí, en el sector de Río Danta, se descubrieron 1,001 artefactos precolombinos, pertenecientes a la fase El Bosque, que datan de los años 300 a.C. a los 300 d.C.
Sin precedentes
Según contó en entrevista para La Teja María Gabriela Zeledón, arqueóloga encargada del proyecto, específicamente se trata de un cementerio precolombino virgen del Caribe.
Lo más curioso de todo es que este descubrimiento fue cuestión de suerte.
Antes de continuar, es importante aclarar que en realidad las primeras pistas de que este cementerio existían, llegaron en el 2018.
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En ese momento dos arqueólogos que supervisaban la ampliación en la ruta 32 se toparon con un par de artefactos enterrados junto a basura, como plásticos, vidrios y hasta llantas.
Y si bien hicieron inspecciones para encontrar el sitio arqueológicos, no le llegaron.
Fue hasta el 2022 que el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) delimitó la zonas en las que se iba a trabajar la ruta 32 y al hacer los estudios del terreno, María Gabriela se topó con la sorpresa de que estaban trabajando sobre un cementerio precolombino.
“En esa etapa, en el 2022, salieron 54 artefactos pero, a la hora de ir excavando, nos dimos cuenta que el cementerio era más grande de lo que teníamos previsto e hicimos tres etapas de excavación, al final excavamos 1.592 metros″.
Conexión con la fauna
Ahora, para nadie es un secreto que en Costa Rica habitaron muchísimas poblaciones precolombinas y aunque más de uno podría pensar que este descubrimiento no es tan importante, están totalmente equivocados.
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“Es demasiado poco común, casi no se da. Este cementerio es como una aguja en un pajar. Yo no pensaba que esto iba a pasar, ni la gente del Museo sabía que esto iba a suceder”, contó María Gabriela con ilusión.
“Casi nadie logra excavar un sitio en tan buen estado de conservación. Hay científicos que han trabajado 30-40 años en el Caribe y no han encontrado un cementerio así. Es contado con los dedos de las manos“.
En el cementerio se encontraron de todo lo que se puedan imaginar.
Desde collares y cuentas de pierdas verdes, pasando por puntas de lanza, metates y hasta representaciones de fauna característica de la zona del Atlántico, como anfibios y reptiles.
Todo esto demuestra la conexión que tenían nuestros antepasados con la fauna local.
Por si fuera poco, se van a realizar estudios de materiales orgánicos encontrados dentro de varias pipas, para determinar si se utilizaron de manera medicinal o como parte de un ritual.
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Este descubrimiento es, sin lugar a dudas, histórico, ya que nunca antes se había encontrado un yacimiento arqueológico tan grande y con tantos artefactos en un mismo lugar.
“Es el sitio con más metates por metro cuadrado y con mayor cantidad de collares en el Atlántico y, posiblemente del país", reveló Zeledón.
Ventana al pasado
Como explicamos al inicio, todos estos artefactos pertenecen a la fase El Bosque, una de las etapas más antiguas del Atlántico y es que hay que recordar que fue hace más de dos mil años, entonces, es inevitable preguntarse, ¿cómo era la vida en ese momento?
“Ya para ese momento se comienzan a forman grupos donde se dividen sus funciones. Ya hay gente que está destinada a la guerra, otros a la agricultura, otros son artesanos. Ellos empiezan con la aplicación de la agricultura, entonces tienen asentamientos.
“Ya para ese momento dejan de ser nómadas, cazadores y recolectores, a establecerse en espacios para producir y tener un hogar fijo”, explicó la experta.
Lastimosamente, la información que tenemos sobre esa época no es tan tanta, ya que muchos de los yacimientos arqueológicos y cementerios que datan de esta fase fueron reutilizados por otras sociedades que pertenece a fases como “La Cabaña” o “La Montaña”, lo que ha hecho que las culturas se mezclen y sea muy difícil determinar características específicas de cada una.
Es por eso que este descubrimiento es único en su tipo, ya que fue utilizado exclusivamente por poblaciones de la fase El Bosque, lo que nos da una pincelada más clara de cómo era esta cultura.
Ahora, ¿qué va a pasar con todos estos artefactos?
Una vez que se hayan registrado y fotografiado cada una de las piezas, van a pasar a la bodega del Museo Nacional de Costa Rica, que las va a mantener seguras y, quizás, en un futuro, mostrarlas como parte de alguna exhibición.