“He sido un gran aficionado de la selección nacional desde muy niño. Con siete años, jamás lo olvidaré, estando mi familia exiliada en México, papá (don Rafael Ángel Calderón Guardia), me llevó al estadio (en Ciudad de México) a ver a Costa Rica jugando contra México en el Campeonato Panamericano de Fútbol de 1956.
“Ese día, con el estadio Azteca a reventar por la presencia de más de 100 mil aficionados, le sacamos un empate de oro uno a uno a México. Solo había como 300 ticos. Aquella selección, por el rendimiento en ese Panamericano, en el cual quedó de tercera, a partir de ahí fue llamada los Chaparritos de Oro”.
Ese es el primer recuerdo que tiene el expresidente de Costa Rica entre 1990 y 1994, Rafael Ángel Calderón Fournier, de su eterna pasión por el fútbol y la selección nacional.
El equipazo del que habla el expresidente de la República venció 2-1 a Chile --campeón de Sudamérica en aquel entonces-- y 4-2 a Perú, además, le iban ganando 3-1 a Argentina, pero un triplete de Omar Sívori nos dejó en el camino con derrota 4-3.
Solo Brasil nos aplastó 7-1. Sin embargo, ser terceros, solo superados por brasileños y argentinos, provocó que el Panamericano de 1956 fuese el primer paso del fútbol que hasta hoy distingue a la Tricolor: toque, alegría, ofensiva y gol.
Asueto
Don Rafael Ángel y el fútbol han sido amigos por siempre. Cuando estudiaba leyes en la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica fue portero de la sele de estudiantes e, incluso, recuerda que fue mascota de la Liga Deportiva Alajuelense, el equipo de sus amores.
Calderón Fournier asumió la presidencia del país el 8 de mayo de 1990 y un mes y tres días después (11 de junio) fue el debut tico en la Copa del Mundo Italia 1990 ante Escocia.
“Estaba recién llegando al gobierno, era imposible que me fuera a Italia habiendo tanto por hacer aquí.
“Claro, tener solo un mes de presidente no impidió que disfrutáramos al máximo aquella primera presencia en un mundial. El gol de Cayasso (Juan Arnoldo, quien anotó a los 49 minutos el 1-0 con el que se le ganó a Escocia) lo celebramos demasiado.
“Sabía que para mí era imposible perderme algún partido, los vería completos, por eso dije, si el presidente puede dedicar dos horas a ver el juego, entonces todos los trabajadores del Gobierno también lo pueden hacer y dimos asueto de dos horas para que nadie se perdiera los partidos”, recordó el expresidente.
Pidió tele
Llegó el 16 de junio de 1990 y Costa Rica jugaba contra la toda poderosa Brasil, pero don Rafael Ángel no podía ver ese segundo partido mundialista porque estaba en Antigua, Guatemala, en la VIII Cumbre de Presidentes Centroamericanos.
“Me fue imposible no ver el partido, recuerdo que en media Cumbre le dije a Cerezo (Vinicio, presidente de Guatemala entre 1986 y 1991) que por favor trajera un televisor para poder ver el juego ante Brasil.
“Una vez Cerezo trajo el televisor todos los presidentes de la región nos pusimos a ver el partido y volvimos a retomar el trabajo de la Cumbre hasta que terminó el juego. Así ha sido siempre mi pasión por la selección”, recordó el expresidente.
Para el 20 de junio, en el tercer partido de la fase de grupos, ante Suecia, una vez que la Sele ganó 2-1 con aquel cabezazo de Róger Flores a los 75 minutos y aquella carrera de Hernán Medford a los 87 minutos, el país entero se tiró a la calle para celebrar el triunfo y el pase, como segundos de grupo, a octavos de final.
“Ya estaba yo en el país y ahí sí dimos rienda suelta a la euforia, tanto así que no me aguanté y me fui a celebrar con la gente a la avenida Central, fue de locos, aquellas primeras alegrías grandes con la selección me marcaron de por vida”, reconoce.
Carros nuevos
Costa Rica debutó en copas del mundo avanzando a segunda ronda, algo que se convirtió en una tremenda fiesta nacional, por eso cuando la Tricolor regresó de Italia, el país se volvió a tirar a las calles para recibirla.
“Como presidente del país fui al aeropuerto a recibir a los muchachos, había una alegría nacional tremenda. Se montó una caravana grandísima para que el pueblo saludara a los jugadores.
“Muy rápido se organizó con don Javier Quirós, dueño de Toyota, y con don Sebastián Tena, el regalarles un carro del año a cada jugador por tan extraordinario desempeño. Al Gobierno no le costó un cinco, el aporte fue de ellos dos. Eso sí, lo que puso el Gobierno fue la exoneración de impuestos para los autos”, explica don Rafael Ángel.
Además, se les facilitó placa de taxi para los jugadores que la quisieran.
“No todos pidieron la placa de taxi, recuerdo a Germán Chavarría y Héctor Marchena. Italia 90 fue la felicidad total y cómo lo disfrutamos todos”, dice el expresidente, que todavía guarda con mucho cariño y como un tesoro la camiseta que le regaló el portero Luis Gabelo Conejo, que usó en el juego frente a los suecos.
Para esta noche, ante Panamá, en la ruta mundialista hacia Catar 2022, el expresidente le apuesta todo a Costa Rica, aunque sabe que será difícil.
“Mi selección amada siempre saca la casta cuando se le necesita. Vamos a ganar”, dice con mucha seguridad.