Si dependiera de algunos trabajadores del Ministerio de Salud, ya las oficinas que se ubican a la par del Hospital San Juan de Dios estarían clausuradas.
Los trabajadores, después de un largo tiempo en teletrabajo, los hicieron regresar a una oficina que, por el tiempo que pasó sola durante la pandemia, se deterioró.
Aunque no tienen que ir todos los días, muchos de ellos se sienten desanimados porque el lugar no está en buenas condiciones.
Un colaborador, que por miedo a represalias prefirió que no publiquemos su nombre, nos contó un poco lo que ocurre y hasta nos envió unas fotos para que veamos que no es un asunto de que ellos no quieren ir a bretear, sino más bien de que las condiciones en las que están les afectan hasta en la salud, porque algunos tiene alergias o asma.
Este asunto de las condiciones de infraestructura es conocido por la Unión Médica, que se lo hizo saber al Ministerio de Salud. El retorno del personal que no ocupa cargos de gerencia se dio desde el 17 de julio.
“Nosotros nos tenemos problema de regresar al trabajo, no es un berrinche como se ha querido dar a entender, es un asunto de condiciones, el edificio pega gritos de auxilio porque está en muy mal estado y eso como trabajadores nos afecta”, dijo el colaborador.
El cielorraso está negritico y en algunas partes se partió y los pedazos se han ido cayendo, en otros solo existen los huecos. A los trabajadores les da miedo que en cualquier momento les caiga una cucaracha.
En los primeros días a los trabajadores se les ponían malos sus almuerzos porque la refrigeradora dejó de funcionar, aunque todos creían que enfriaba, cuando llegaban a calentarse el gallito ya solo quedaba botar la comida.
La solución no salió de la institución, pues algunos empleados se encargaron de hacerse cargo del arreglo, pues sale cariñoso tener que estar comprado comida.
Pero al asunto no queda ahí, pues en la cocina el fregadero no servía y durante casi dos semanas los empleados tenían que jalar agua desde los baños.
Después de tanta insistencia les hicieron un medio arreglo al cambiarle la llave y ahora todo mundo le pide al cielo que no se vuelva a joder.
“Si para los jerarcas todo está en buenas condiciones no han caminado por los pasillos”, dijo la fuente.
Los baños están en muy mal estado, hay huecos en los cielorrasos y hasta en las paredes de las tuberías.
También se quejan de la ventilación del edificio, porque los que tienen ventanas no las pueden abrir porque les entra la contaminación de la caldera del Hospital San Juan de Dios.
“Son muchos los problemas, hay mal internet, para las reuniones ni siquiera tenemos audífonos, algunos los hemos comprado, pero son una herramienta de trabajo, estar tan estrujados en las oficinas nos pasa factura y además como el aire no circula, algunos estamos con asma, con alergias. He escuchado que en el edificio central a veces el agua sale café, esto no son ideas de nosotros, son cosas que están pasando”, dijo el afectado.
Según la fuente, en el edificio se pierden las cosas con frecuencia, por lo que priorizaron en comprar muchas cámaras que ya fueron instaladas, pero los empleados sienten que se pusieron para tenerles más ojos encima de lo que hacen.
“Ahora hasta el despacho tiene seguridad, eso aquí es nuevo y hay un ambiente de miedo y como de persecución, raro, todos queremos trabajar, pero necesitamos que esto mejores porque el ambiente no lo permite”.
En La Teja enviamos un correo al Ministerio de Salud para consultar sobre la situación, pero no hemos recibido respuesta.