Karol Arguedas Aguilar no es de poner excusas, ella sabe bien que para cumplir los sueños hay que hacer grandes sacrificios y que el secreto para el éxito se basa en la disciplina.
Karol es vecina de Tres Ríos de La Unión y ha tenido una vida dura, por lo que para salir adelante mantuvo dos trabajos, recientemente, pero ese exceso laboral no le impidió sacar una carrera universitaria.
La valiente trabaja en el día como oficial de seguridad en el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) y durante varios años administró, durante las noches, un restaurante de comidas rápidas en Curridabat, pero en setiembre del año pasado hicieron un recorte de personal y la despidieron.
Eso la hizo probar suerte como repartidora de comidas rápidas, ya que necesitaba ganar platica extra, sin embargo, no le fue muy bien porque debido a un accidente que tuvo en el pasado, no puede andar mucho en moto.
Pese a todo, la pulseadora se graduó el pasado 25 de julio de licenciada en Derecho y está que no se cambia por nadie. Ahora saborea el éxito y siente que todo el esfuerzo y sacrificio que vivió valió la pena.
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“Me siento muy feliz, es un sentimiento indescriptible, estoy agradecida con Dios por haberme dado la fuerza para culminar mi carrera, ya que casi toda la hice con dos trabajos y no fue nada fácil”, expresó la valiente.
Karol dice que más de una vez se sintió tan estresada que pensó que no lograría su meta, pero nunca se rindió.
“Fue muy difícil, agotador y muchas veces tuve momentos de desesperación. Debido al cansancio, pensé que no podía más, pero siempre me repetía: ‘mañana es un nuevo día para empezar de nuevo’, aunque al siguiente día terminara igual, contó”.
El hacer los trabajos de la universidad y prepararse para los exámenes fue todo un reto porque el tiempo libre que tenía para estudiar era mínimo.
“Hacía los trabajos y tareas en la madrugada, entre semana, y los fines de semana, en la noche, porque no tenía día libre, ya que cuando tenía libre en un lado, en el otro trabajo, sí tenía que ir. Básicamente, dormía un promedio de cuatro horas por día y hubo muchas ocasiones que quizá me dormía tipo 3:40 de la madrugada para levantarme a las 5:35 de la mañana”, agregó.
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Una gran meta
Ahora que ya es toda una abogada, Karol tiene en mente un noble proyecto al que espera darle forma pronto.
“Quiero desarrollarme profesionalmente una vez incorporada al Colegio de Abogados, y seguir preparándome porque el Derecho es muy cambiante.
“Una de las cosas que me impulsó a llevar esta hermosa carrera desde que empecé a estudiar y quienes me conocen lo saben, es que en un futuro espero brindar asesorías a personas que no puedan acceder económicamente a cubrir los costos de abogado, por lo que muchas veces terminan en una posición desfavorable, ya que llevan las de perder. También me gustaría aprender inglés porque ahora es una necesidad y en la mayoría de lugares lo piden”, manifestó.
La mujer contó que cuando empezó a estudiar analizó la posibilidad de escoger Administración de Empresas, Contaduría o Derecho, pero ese deseo de ayudar a personas vulnerables, la terminó de convencer.
“No quiere decir que no vaya a trabajar y desarrollarme por una remuneración económica, ya que sin trabajo no se vive, pero paralelamente al trabajo le pido a Dios que me ayude a ver esa meta cumplida. Él tiene el tiempo para todo y sabrá cuándo es el momento para abrir esas puertas”, narró Karol.
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Derecho de familia
La recién graduada dice que el área del Derecho que más le apasiona es la que tiene que ver con familia, así que ahí es dónde quiere especializarse.
Desea desenvolverse en temas como educación y guarda crianza de los menores, autoridad parental, régimen de visitas, pero especialmente en violencia doméstica. independientemente del género de la persona afectada.
Al preguntarle si quiere seguir trabajando en el IAFA y ejercer ahí el Derecho, dijo que va a esperar a ver qué tiene Dios para ella, ya que quiere que Él la coloque en el sitio correcto, pero en lo que sí está clara es en que buscará oportunidades en las áreas que le gustan.
La pulseadora dice que dedica su título universitario primero a Dios y luego a su familia, especialmente a su mamá, Deyanira Aguilar, quien fue su apoyo incondicional durante la carrera.
“Mi mamá significa demasiado para mí, en esta etapa tan complicada como no tenía tiempo para nada, ella siempre estaba pendiente de que comiera balanceado y de ayudarme en todo lo que necesitara, siempre me alentó a seguir adelante”, dijo.
Karol aprovechó para enviar un consejo a esas personas que posponen sus sueños porque se dejan vencer por los obstáculos.
“Cada persona tiene su propia situación, pero, si uno quiere y tiene el deseo de superarse, con la ayuda de Dios va a encontrar la manera de hacerlo, no va a ser fácil, pero al final la recompensa de ver los frutos, sin duda, va a ser muy satisfactoria”.