La iniciativa de un grupo de personas que utilizaron el espacio de un parqueo en la calle para sentarse a tertuliar y compartir por algunas horas generó todo un alboroto en redes sociales.
El sábado anterior, David Gómez, quien trabaja dando asesoría sobre movilidad sostenible llegó con sus amigos, y se “parqueó” frente al Cine Magaly, en el centro de Chepe. Desde las 8 a.m. y hasta las 3 de la tarde colocó una alfombra, sillitas, una mesa, plantitas en uno de los espacios para parquear un carro.
¿El objetivo? Según contó Gómez a La Teja, era demostrar los diferentes usos que se le pueden dar a los espacios destinados para parquear carros, pero su iniciativa generó toda clase de reacciones, algunos alabando la iniciativa y otros criticando.
Hicimos un parklet frente al cine Magaly. Pasen a saludar camino a Transitarte.
— David Gómez Murillo (@GomezDavidCRC) March 16, 2024
El espacio público que dedicamos al parqueo de carros puede tener mejores usos.
Este es el cuarto parklet que ejecutamos con ParkletCR en San José. pic.twitter.com/5sHXUMlUqc
En criterio de la Municipalidad de San José, el uso que le dio Gómez a este sitio no es el correcto, porque en el país, las leyes y normas establecen claramente el uso que se le da a los espacios para vehículos y personas.
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Para conversar
La mente detrás de esta idea, llamada Parklet, explicó el fin de su proyecto, el cual nació hace dos años en barrio Escalante.
“La idea de hacer este parklet se planificó desde hace tres meses, pensando en que se iba a realizar el Transitarte. Armamos un parklet de estancia, en donde la gente pudiera tener acceso a un espacio más allá del comercio.
“No lo hicimos con un fin comercial, porque no existe una patente, de hecho, no estábamos vendiendo cosas, porque para hacerlo tenemos que aplicar la ley de comercio al aire libre, pero lo que queríamos era generar un debate sobre qué hacer con los espacios públicos”, afirmó.
Gómez defiende su proyecto y resaltó que en varias partes del mundo este tipo de iniciativas provoca opiniones divididas.
“Yo pagué el costo del parqueo, cada hora cuesta 900 colones y usamos ese espacio por siete horas y en total gasté ¢6.300. No estamos usurpando el espacio de parqueo, se paga con la placa de un carro que no esta ahí, como si estuviéramos dentro del carro, haciendo estancia.
“Tenemos una cuenta en Instagram, llamada parkletscr y nosotros llevamos todo lo que había ahí: los conos para hacer la separación del espacio y que nos permiten visibilidad y son los mismos que usan los oficiales de tránsito”, añadió.
David aseguró que pocas personas se acercaron a este espacio para usarlo y respondió a quienes le tiran por la iniciativa.
“Establecimos el parklet con un ancho que permitiera que los carros que pasan por el lugar vieran el espacio, gracias a los conos. Adicional usamos cuatro balizas (señalador) para separar los carriles de circulación y en esta zona los conductores no van a más de 20 kilómetros por hora.
“Sobre quienes dicen que nos estamos adueñando de los espacios públicos, les digo que usé un espacio pagado a través de una aplicación, lo que es perfectamente legal, estoy demostrando que el carro no lo es todo, nadie se quejó”, destacó.
Mal uso y peligroso
Marcelo Solano, director de la Policía Municipal de San José, confirmó que la idea de Gómez no fue coordinada con la municipalidad y más allá del objetivo de la iniciativa, hay que respetar lo que establecen las normas en cuanto al uso de ciertos espacios.
“La Ley de Parquímetros, la Ley de Tránsito, la Ley de Movilidad Peatonal, la Ley de Movilidad Ciclística, el Código Municipal, el Código Penal, la Ley de Comercio al Aire Libre y el Plan Regulador de la Municipalidad definen cuáles zonas son destinadas a los carros y al tránsito de las personas.
“En síntesis, al pagar un espacio de parqueo, pero no usarlo se está violentando la naturaleza del espacio, porque se creó como una zona para estacionamiento de vehículos. Se podría hacer un análisis más grande y se podría aplicar el Código Penal, si alguna otra persona quisiera hacer uso del espacio y aduce obstrucción de la vía pública”, expresó.
Solano dice entender el objetivo de la iniciativa, pero confirmó que no es la manera correcta.
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“En esto se podría hilar muy delgado, analizando si consumieron en el lugar o no, si llevaron comida o no, pero lo cierto es que tal cual como lo hicieron era arriesgado, con este experimento social lograron el objetivo, que era hablar de esto, pero hay que tener claro la obligación de respetar la normativa.
“Si lo quieren volver a hacer sería bueno que sigan la tramitología correspondiente. Los experimentos sociales deben ser respetuosos de la normativa y no quiere decir, que porque un espacio de parqueo esté desocupado, se pueda apropiar de esta manera”, citó.
El director fue más allá y expresó el potencial peligro que podría tener una acción como esta.
“Un cono no impide que una persona pueda perder el control de su vehículo y haya un accidente. Entonces, si se quieren hacer cosas como estas, se puede recurrir a la municipalidad para hacerlo de forma ordenada, hay casos de éxitos de iniciativas, en donde se toman las calles para otro tipo de actividades, como Amón Cultural o el mismo Transitarte y todo sale bien”, dijo.