Los fieles católicos celebran los jueves la llamada hora santa. Por lo general la oficia un sacerdote; sin embargo, también puede ser realizada por un ministro extraordinario de la comunión.
El padre German Rodríguez, de la catedral Metropolitana, nos explicó qué significado tiene esta celebración lituúrgica y por qué en la mayoría de casos se celebra los jueves.
“La hora santa se realiza en la Iglesia católica como una oportunidad para prolongar la adoración que hacemos de Cristo presente en la Santa Eucaristía, concretamente en la presencia del pan y el vino consagrados, donde Cristo se hace presente con su cuerpo, sangre, alma y divinidad”, explicó el religioso.
Y es que durante las misas, en la consagración, se hace presente Jesús Sacramentado, pero las personas no tiene la oportunidad de entrar en un periodo de adoración largo, como muchas quisieran.
“Muchas veces en la misa no tenemos la oportunidad prolongar la adoración, la alabanza, la acción de gracias, por lo que la hora santa viene a ser una extensión de la eucaristía que nos permite orar, alabar, bendecir, agradecer al Señor su amor, su presencia permanente y ese alimento que ha querido darnos de su carne y de su sangre para darnos vida eterna como una garantía de Salvación”, detalló el sacerdote.
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Un espacio íntimo
La hora santa es diferente, es un espacio en el que se escucha la palabra de Dios, también hay cantos y un espacio de comunicación única y especial entre los fieles y Jesús Sacramentado, cada quien le dice que lo siente en su corazón y no hay un guion, si un día una persona tiene una preocupación puede ponerla en las manos de Dios y pedirle sabiduría, pero si otro día está feliz, puede agradecer al Señor y alabarlo por todos lo bueno que ha hecho en su vida, cada quien es libre de hablar con Jesús a su manera.
“La hora santa nos permite entrar en reconocimiento, en intimidad con Dios y también hacerle saber las necesidades propias, como también las de la iglesia y el mundo”, dijo el padre German.
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El religioso también explicó el gran motivo por el que ese rito se celebra un día en particular.
“Se realiza los jueves de manera especial en recuerdo de que la eucaristía fue instituida un jueves, aquel jueves memorable que llamamos Jueves Santo, donde Jesús se reunió con sus discípulos en el cenáculo e hizo el milagro de transformar el pan en su cuerpo y el vino en su sangre”, comentó.
El cura fue claro en que no es prohibido o pecado hacer la hora santa cualquier otro día, siempre hay ocasión para orar y admirar a Jesús Sacramentado; sin embargo, siempre se trata de respetar la solemnidad de los jueves.