Siempre que un oficial de Tránsito le pide a un conductor que se detenga, usted debe hacerlo, es su obligación.
Los choferes también deben mostrarle al uniformado los papeles o documentos que él le pida tales como la licencia, el derecho de circulación, entre otros.
Puede ser que el oficial revise las luces del vehículo, las llantas y algunos otros dispositivos para asegurarse de que todo marcha en orden, pero también puede decidir hacer una alcoholemia para garantizar que los choferes no andan “tamarindeados”.
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En esos casos lo mejor es que los conductores colaboren en lugar de ponerse espesos, porque podría salirles caro no querer hacerse la prueba.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) explica que el negarse a realizar la prueba de espiración de aire para detectar alcohol en su cuerpo, implica una multa igual a que si hubiese dado positivo.
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Son ¢368 mil del alma los que tendría que pagar si le hacen una multa de esas. Además, acumularía 6 puntos en la licencia, por lo que tendría que hacer un curso de reeducación vial y ganarla para poder renovar la licencia.
Así que ya lo sabe, mejor coopere con el Tránsito y no se ponga a jugar de vivo cuando un tráfico le pide que se detenga.