Mundo Mágico y La Teja se unieron para echarle el hombro a una familia de barrio Cristo Rey en San José, en la cual todos sus miembros arrancan esta semana el curso lectivo 2024, de hecho, el hermano mayor, ya inició sus clases.
Cuando decidimos ayudar a estudiantes de escuela o colegio e incluso universidad, tomamos la decisión de unirnos con la Asociación Obras del Espíritu Santo y es ahí donde el padre Sergio Valverde nos ayudó al seleccionar una familia que realmente necesitaba apoyo para la entrada a clases.
Con mucha alegría el pasado lunes 5 de febrero conocimos a esta linda familia integrada por la mamá, doña Yisley Duarte Ledezma y sus cuatro hijos: Jonathan (18 años), Rachell (15), Isaac (13) y Mathias (7).
Con ellos el asunto es muy sencillo, todos estudian, hasta la mamá. Por eso la unión de Mundo Mágico y La Teja significó un bulto cargado de útiles para para cada uno porque desde el año pasado doña Yisley volvió a las aulas después de 15 años de ni siquiera volver a ver un cuaderno.
Felices acompañamos a cuatro de los estudiantes al Mundo Mágico que se encuentra sobre avenida 3 en San José, del antiguo Abonos Agro 100 metros al este. Jonathan, el hermano mayor no pudo estar en la cita porque ya entró a la universidad. Estudia Administración de Empresas.
Con mucho cariño nos recibió la administradora de Mundo Mágico, doña Agnes Batista, quien nos abrió las puertas de par en par y se puso a las órdenes de la empunchada familia que poco a poco fue escogiendo los cuadernos, uniformes, lapiceros y el bulto, entre otro pocotón de útiles.
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“Mi familia ha pasado situaciones económicas muy duras. Me ha tocado desde hace muchos años ser papá y mamá. Dios nunca nos ha faltado, pero sí ha sido un camino duro por eso agradecemos esta gran ayuda que nos da Mundo Mágico y La Teja.
“Desde el año pasado tomé la decisión de ponerme a estudiar. Cuando conocí al padre Sergio le dije que me ayudara a salir adelante y él me dijo que sí, pero que yo tenía que ayudarlo a él y esa ayuda que él ocupaba era que me pusiera a estudiar yo también. Yo no le creí al padre cuando me lo dijo porque tengo 40 años y más de 15 de no que no tocaba un cuaderno, pero él me insistió”, nos cuenta doña Yisley.
En el 2022 si alguien le decía a esta mamá que ella volvería a abrir cuadernos, ella le habría contestado que estaba loco, porque, según nos explicó, para ella eso de estudiar ya había pasado y debía concentrarse en que sus hijos estudiaran ¿pero ella? Nada que ver.
En el 2023, por “majadería” del padre Sergio Valverde, de Obras del Espíritu Santo, doña Yisley se puso a estudiar y para sorpresa de ella misma al cerrar el año pasado ya había ganado primero y segundo de colegio. Este 2024 comienza tercero de colegio y ya sueña con el ese título.
Alcanzar las estrellas
En medio de cuadernos y juegos de geometría nos encontramos a Mathias escogiendo sus útiles. Nos contó que estudia en la Escuela República de Nicaragua (en barrio Cristo Rey) y va para segundo grado.
“Me fue muy bien en primer grado. Me gusta estudiar mucho y sacar buenas notas. Cuando sea grande quiero ser astronauta para ir al espacio como Franklin Chang”, comenta tremendamente ilusionado Mathias.
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Rachell estudia en el Liceo del Sur (que está en barrio Cuba) y este 2024 arranca noveno año. El año pasado le fue muy bien porque es una estudiante muy aplicada.
“Cuando sea grande quiero ser pediatra, me encantan los niños y quiero sanarlos cuando se enferman. Lo voy a lograr”, aseguró la estudiante.
En el caso de Isaac, él a sus 14 años va para sétimo en el Liceo del Sur. Nos confiesa que más o menos tiene un poco de temor por comenzar el colegio, pero le gusta mucho estudiar y espera combinar su crecimiento educativo con la gran pasión de su vida, el fútbol.
“Soy delantero derecho y quiero ser futbolista profesional. Debo combinar el fútbol con los estudios para convertirme en un jugador con un título universitario”, confirma Isaac.
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Doña Agnes, la administradora, nos confirmó que los bultos iban supercargados de útiles dentro de un maletín de la marca Pointer.
“A cada estudiante se le dio un bulto especial para su nivel de escuela o colegio, así como la universidad. Iban bien llenos y nos alegra eso porque son para una familia que realmente los necesita y los aprovechará al máximo”, nos dice la administradora de Mundo Mágico.