Guillermo Obando, conocido como Memo, y Rodolfo Obando, a quien le dicen Chichi, son gemelos pero tenían 30 años de no verse, hasta que el 28 de abril anterior que al fin se reencontraron.
Los hermanos le han dado la vuelta al calendario 55 veces y tienen una enfermedad mental que les impide comunicarse y desarrollarse de manera normal.
En 1973 cuando Memo y Chichi tenían 10 años, su madre, doña María Teresa Campos, murió a causa de un derrame cerebral, desde ese momento quedaron a cargo de su padre, don Julio Obando.
La situación de los hermanos empeoró cuando don Julio falleció en 1989 al ser atropellado por una moto, pues cada uno tomó caminos diferentes.
En el caso de Memo, ha vivido en las calles de Coronado y en casas, hasta que hace un mes doña Carmen (no quiso revelar su apellido) lo adoptó.
Ella lo conoce desde hace aproximadamente 20 años, desde ese momento le ha dado de comer y lo ha vestido, algo que Guillermo agradece.
“Él ha vivido en la calle, pero también ha estado en casas, hace un mes lo sacaron de una, así que me lo traje, él es muy servicial y amable, a veces se enoja como toda persona, pero es muy bueno”, comentó.
Doña Carmen contó que en el 2016, Memo llegó a su casa con un papelito diciendo que su hermano, al que no veía en desde hace muchos años, salió en tele.
“Yo no lo creía porque no sabía de su historia, entonces lo busqué y sí era cierto. Desde el momento que nos dimos cuenta que tenía un hermano hicimos todo lo posible para que se vieran y por dicha lo logramos”, comentó.
El otro lado de la moneda
Chichi es el otro protagonista de esta historia, desde que dejó de verse con su hermano, también quedó a la deriva, por fortuna vivió poco tiempo en la calle porque, al igual que Memo, se encontró con un ángel guardia, se trata de doña María de los Ángeles Herrera, quien le dio posada en su casa en Vista de Oro, Escazú.
“Él va para nueve años de vivir conmigo, me agarró mucho cariño, entonces, le dije a mi esposo que nos lo trajéramos para la casa, él se porta muy bien, yo ya lo conozco, sé muy bien cuando está bravo y cuando está feliz”, detalló.
Cuenta que sus cuatro hijos, quienes tienen edades que van desde los 18 años hasta los 35, ven a Chichi como un hermano.
Numerosa familia |
---|
Según nos contó don Jorge Obando, hermano de Memo y Chichi, ellos son una familia numerosa, pues sus padres procrearon 11 hijos de los cuales 10 siguen vivos. |
“Ellos lo quieren mucho y él los quiere demasiado, aquí está bien, eso sí, es bastante callejero porque se va desde las cinco de la mañana y regresa en la tarde, yo sé para donde se va, por eso me quedo tranquila”, comentó.
Se vieron y lloraron
Doña Carmen y doña María de los Ángeles estaban emocionadas por el encuentro de Rodolfo y Guillermo.
Ellas se pusieron de acuerdo para que eso fuera una fiesta inolvidable para los gemelos.
Y Dicho y hecho, se reunieron en la casa de Chichi y cuando se vieron se estrecharon la mano, se abrazaron y lloraron juntos.
“Todos lloramos y sentimos un alivio en el corazón porque se notó que ellos estaban felices y emocionados, si para nosotros fue algo lindo, imagínese para ellos que se querían ver desde hace muchos años”, recordó María de los Ángeles.
Ambos se tenían sorpresas preparadas, Memo le llevó una camisa, una colonia y un reloj, mientras que Chichi le regaló un carrito.
“Memo le pidió a Chichi que se probara la camisa, prácticamente lo obligó a cambiársela”, comentó entre risas Carmen.
Tanto Chichi como Memo ven a sus cuidadoras como madres, al punto que ambos le dicen “mami” a ellas.
El próximo encuentro entre ambos será una sorpresa para Chichi, pues le pidió a su hermano que se pusiera dientes, como él.
Según nos contó el propio Memo, el jueves anterior inició con el tratamiento para que le coloquen una prótesis dental y así sorprender a su gemelo.
“Estoy muy feliz porque voy a ver a mi hermano otra vez y porque me van a poner dientes. Yo quiero mucho a mi hermano y él a mí, yo lo extrañaba mucho”, nos dijo Guillermo, quien cuenta las horas para verse nuevamente con Rodolfo.
Estos gemelos se hablan todos los días, lo hacen a través de sus “mamás” pues a ambos se les dificulta hablar.