Cada año, cuando se aproxima el final del curso lectivo, los estudiantes de quinto año de colegio deben elegir qué es lo que quieren estudiar y se desata un debate sobre si deben inclinarse por la carrera que les gusta o por alguna que ofrezca mayores oportunidades laborales.
Otros, creen que a los 16 o 17 años, los adolescentes no están lo suficientemente preparados para tomar la decisión que marcará el resto de sus vidas.
Por eso, La Teja consultó a las psicólogas Natalie Taylor y María Ester Flores para tratar de aclarar estas dudas entre los jóvenes.
“La madurez es diferente en cada adolescente, así como su desarrollo personal, por eso hay algunos que tienen claridad de la carrera que quieren seguir y el trabajo que posteriormente desean realizar, pero también hay muchos que no tienen idea o se dejan llevar por factores externos como si la profesión lo hará millonario, si debe seguir la tradición familiar, o estudiar lo mismo que su amigo para seguir juntos, etc”, explicó Taylor.
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Muchos tienen una idea formada de lo que trata la profesión que les gustaría ejercer, pero al hablar con profesionales que se desempeñan en ellas, descubren que no es lo que creían, por eso es recomendable realizar esta práctica, para tener claro a lo que se enfrentarán en el futuro.
“Es bueno que hagan dos o tres pruebas vocacionales para ver la similitud de resultados y conocer mejor sus habilidades, gustos y vocación. Hay cosas en las que puedo ser bueno, pero no necesariamente quiero dedicarme a eso”, agregó la psicóloga educativa.
En el caso de Flores, psicóloga de familia, es natural que los papás se preocupen por lo que vayan a estudiar sus hijos y que anhelen que sea algo que les genere dinero, pero la experiencia me dice que la mayoría de los adultos que estudiaron por influencia de la familia terminan frustrados el resto de su vida.
”Uno tiene que escoger lo que le llene el alma, dejarse llevar por la vocación y sobre la marcha nos vamos dando cuenta si eso en verdad se afianza o no y se puede dar incluso los primeros meses de estudio para devolverse a otra carrera rápidamente, no esperar a estar en la tesis para decir que no le gustó”, afirma Flores.
Añadió que todos los trabajos están al servicio de los demás y lo que debe preguntarse es qué puede hacer por la humanidad desde la ciencia, la medicina, la enseñanza, para que cuando esté ejerciendo, su vocación continúe.
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