El ministro de Relaciones Exteriores tico, Arnoldo André Tinoco, contó que el 7 de junio, mientras participaba en la Cumbre de las Américas junto al presidente Rodrigo Chaves, ambos se enteraron de que Nicaragua permitiría la entrada de militares y armamento rusos.
Para entender lo que significa la medida tomada por el régimen de Daniel Ortega conversamos con Elvira Cuadra, socióloga nicaragüense, investigadora y experta en seguridad que vive en Costa Rica.
-¿Por qué ha despertado preocupación ese anuncio de Nicaragua si (el ingreso de tropas rusas) es algo que se permite desde hace tiempo?
-Efectivamente, es algo que se viene haciendo cada seis meses por parte de la Asamblea Nacional, permitiendo la entrada de efectivos y equipos militares (barcos u otros vehículos) de diferentes países, entre ellos Rusia, Venezuela, Cuba, Estados Unidos; lo extraordinario en esta ocasión es el contexto en el que se hace la autorización (sobre todo por la invasión rusa a Ucrania).
Y, en segundo lugar, está la manipulación que Rusia hizo de la noticia cuando la dio a conocer en un canal de televisión local. La presentadora dijo que si Estados Unidos tenía capacidad de disparar misiles hacia Moscú desde territorio ucraniano, era hora de que Rusia hiciera lo mismo instalando mayor capacidad en Nicaragua para alcanzar “la ciudad que está en la colina”, en una clara referencia a Washington.
Eso hace que un acontecimiento que antes había sido ordinario alcance relevancia porque se convierte en un elemento más de confrontación a partir de la crisis y el enfrentamiento entre potencias que hay por la invasión rusa a Ucrania.
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Eso generó la respuesta estadounidense a través de su subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, indicando que para ellos eso era una provocación y que iban a tomar las medidas correspondientes en esos casos, eso genera un estado de tensión y preocupación.
-¿Qué buscan los rusos en Nicaragua?
-Ellos siempre han querido tener una influencia sobre territorios que han estado controlados por Estados Unidos. Toda la zona del mar Caribe y Centroamérica siempre ha sido de hegemonía (control) de EE.UU. Desde la crisis de los misiles (rusos en Cuba) en los años sesenta, Rusia siempre ha querido tener un pie de influencia en el Caribe.
En los ochenta lo volvió a intentar con Nicaragua durante la época de la revolución sandinista y ahora lo está intentando nuevamente desde que regresó Daniel Ortega al poder, en el 2007.
Desde 2008 hasta la fecha, funcionarios de alto nivel ruso han visitado Nicaragua en diferentes oportunidades para firmar acuerdos comerciales; en el 2014, el propio Vladimir Putín, presidente ruso, aterrizó en Managua por unas cuantas horas y hasta el día de hoy no se sabe qué llegó a hacer.
También instalaron un centro de adiestramiento y capacitación para policías en suelo nicaragüense que ha estado recibiendo a policías de distintos países de Centroamérica para entrenarlos en temas antidrogas y anticrimen organizado.
En el 2014 instalaron la estación Glonass, un sistema satelital conectado con 24 satélites rusos que orbitan la Tierra y generan información e intercambia datos de inteligencia y es manejada por los rusos. Y en el 2016 Rusia le vendió cincuenta tanques a Nicaragua que no se ha podido verificar si finalmente llegaron.
-¿Qué busca obtener Daniel Ortega de su acercamiento con Rusia?
-Lo que busca, y puede conseguir, es simplemente respaldo político porque en términos económicos no ha obtenido, y es difícil que lo haga, más plata de Rusia. Los intercambios comerciales entre ambos países siempre han sido mínimos y en el contexto de la crisis en Europa no hay manera de que eso cambie.
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-¿Las capacitaciones militares que se han dado desde años anteriores han servido de preparación sobre cómo actuar en caso que se de un ataque ruso a Estados Unidos desde Nicaragua?
-Yo no veo que esto vaya a significar la instalación de mayor cantidad de tropas. El decreto (de Ortega) especifica la cantidad de militares rusos que van a llegar a Nicaragua y habla de 180, que entrarán rotativamente y define que es para intercambio y actividades conjuntas en asuntos de ayuda humanitaria, emergencias, rescate y combate al narcotráfico.
Estados Unidos ha dicho que sospecha de intereses de inteligencia rusa, yo creo que difícilmente va a pasar de ahi porque eso significaría volver a convertir a Centroamérica en una zona de confrontación entre dos grandes potencias como fue en los años ochenta y ningún país centroamericano quiere eso, ni siquiera la propia Nicaragua porque no le conviene.
Y, además, ni los rusos ni Estados Unidos están en capacidad de manejar un enfrentamiento de ese nivel.