El 16 de agosto quedará guardado como un gran día en la memoria de don Jorge Arroyo Muñoz, gracias a que pudo vivir nuevamente lo que es sentir el mar.
Este hombre de 77 años es vecino de San Sebastián, en San José, y hace 25 años sufrió un derrame que lo dejó inmovilizada la parte derecha de su cuerpo, por eso, aunque había visitado la playa otras veces en este tiempo, no había podido disfrutar del mar.
“Cuando lo llevábamos a la playa debíamos dejarlo bajo un árbol y tenía que verlo de largo, escucharlo y decir, ‘no puedo’", contó Wendy Arroyo, su hija.
Don Jorge estrenó la rampa de accesibilidad que se colocó en el parque nacional Cahuita para permitirle a todos los que, como don Jorge, se encuentran en silla de ruedas vivir la experiencia de meterse a la playa.
“Nosotros hicimos la campaña con el Banco Popular de recolectar las tapitas para hacer posible la elaboración de la rampa y ahí conocí a Andrea Cartín, funcionaria de Pro parques y le comenté que mi papá era una persona que tenía muchísimos años de no ir al mar por su condición y le dije que ojalá tuviera la oportunidad. Y ella recordó mi comentario y cuando estuvo lista nos invitó”, comentó la hija de don Jorge.
Don Jorge se fue acompañado por su hija y su esposa, Ana Isabel Rivera, que es su inseparable “enfermera”.
“Ojalá que al menos la mitad de todas las playas de este país puedan ser accesibles para todos, no saben la emoción que sentimos los presentes al verlo tan feliz”, dijo Wendy.
Aseguró que fue un momento muy emotivo en el que no pudieron contener las lágrimas.
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“Mientras recorríamos la rampa, yo le iba diciendo papi vea, ya casi llegamos, ¡qué emoción! La silla anfibio (silla especial que flota) es un éxito y estará disponible para todo el que la necesite, solo deben manipularla entre dos personas”, comentó la joven.
Por su parte, don Jorge, quien no se expresa mucho, también con lágrimas dijo que le habían tocado el alma con ese gesto.
Únase a ayudar
Wendy le mandó un mensaje a los ticos para que colaboren con las campañas de recolección de tapas plásticas porque se necesitan muchísimas para construir una sola rampa y que sepan que esas acciones realmente sirven.
Esta es la segunda playa del país que cuenta con dicha facilidad, luego de Jacó. La de Cahuita se convierte en la primera dentro de un parque nacional.