Uno de los templos católicos más hermosos del país fue remozado y su cambio maravilla a toda una comunidad.
El templo católico de la parroquia San Isidro Labrador tuvo una serie de mejoras en el interior, lo que realza la belleza de esta estructura, cuyo estilo es neogótico. Tiene la declaratoria que lo reconoce como patrimonio histórico-arquitectónico desde el 2007.
Según la Revista de Estudios Sociorreligiosos de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), “esta iglesia fue diseñada por los arquitectos Teodorico Quirós Alvarado y Francisco Kurtze, entre 1921 y 1935. La colocación de la primera piedra fue en 1930 y en su construcción se empleó mampuesto de fábrica y metal importado de Krupp & Cía de Alemania”.
La parroquia fue la que se encargó de echar a andar los trabajos y contaron con los permisos y asesoría del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural. Lo que hicieron dentro de la iglesia fue la reparación y pintura de sus paredes y el cielorraso. Además se limpiaron las lámparas de cristal, se mejoraron las cubiertas del techo y se impermeabilizaron los marcos de las ventanas.
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“Desde finales del 2022, hemos llevado de la mano este proceso de asesoría, en una relación muy respetuosa con nuestros criterios. En ese año se comenzó todo lo que eran permisos para proceder con la pintura y el año pasado se dio inicio a los trabajos.
“Por ejemplo, hubo un gran compromiso con la elección de la pintura para los cielos, donde realizamos varias pruebas de color,” expresó Marcela Gutiérrez, arquitecta del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural.
Gutiérrez afirmó que este trabajo conllevó una serie de retos.
“Estuvimos haciendo un chequeo de la cantidad de humedad cuando se iban aplicando los materiales, además, la forma en la que se fueron pintando los techos, había un muchacho al que admiro demasiado, por la forma en la que se subía en aquellos andamios para pintar y cuidaba cada detalle.
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“Sabemos que se contrató una empresa para hacer los trabajos, pero a pesar de todo, pusieron mucho empeño y eso nos regocija. También hubo mucho respeto a la hora en que manifestamos nuestros criterios para escoger uno u otro color y eso logró que el templo quedara tan lindo como se ve”, afirmó.
Detalles
El sacerdote José Joaquín Solano, vicario de la parroquia, afirmó que los trabajos eran más que necesarios.
“Por el clima que tenemos en Coronado, la pintura estaba muy afectada, también porque había sido pintado hacía más de 20 años, entonces las paredes ya estaban muy manchadas, con mucha suciedad, había señas de humedad en el cielo del techo, que es de madera”, comentó.
El cambio más visible se nota en el cielorraso, cuyo color azul con detalles en dorado resalta, además de un tono crema tenue aplicado en paredes y columnas que se enmarca con el color vino del zócalo.
“Se cambiaron los colores porque antes todo era blanco y muy monótono. Con la pintura el templo ha cobrado más vida y luminosidad, además de lo limpio que se ve al estar recién pintado con colores diferentes. La gente está muy satisfecha, le gustó mucho la combinación de colores que se propuso”, expresó el cura.
Sobre el azul que se escogió para los cielos, hubo varias pruebas para dar con el tono correcto.
“Agarramos una capillita y en ella íbamos aplicando por segmentos el color y creíamos que tenía que ser más oscuro. Por ejemplo, una persona sugirió que el color fuera azul cielo, pero a la hora de aplicarlo disminuía lo que queríamos, que era dar realce y cuando lo probamos se dieron cuenta de que era el tono ideal”, dijo la arquitecta.
Otra recomendación importante fue la aplicación de un silicón a los bordes de las ventanas para sellarlas contra la lluvia, el mantenimiento y pintura de la cubierta o techo externo, así como de canoas y bajantes con el fin de combatir la filtración de agua en el edificio. Además, se realizaron pruebas de porcentaje de humedad para garantizar la función de la pintura aplicada.
Trabajo comunitario
Las autoridades destacaron la unión de la comunidad para llevar a cabo estos trabajos. Se hicieron rifas, turnos y otras actividades más para recoger los fondos necesarios.
En cada misa se daban a conocer los avances de los proyectos y lo que faltaba para finalizarlos.
“Las autoridades de la parroquia están muy motivadas y quieren trabajar en el exterior. Quieren contar con un sistema de iluminación que realce la belleza del templo y desde el Centro de Patrimonio los vamos a apoyar, para que este templo se mantenga como un hito cultural para este cantón.
“La idea es darle vida al patrimonio vivo, no es solo que el edificio esté ahí, sino que la gente lo sienta, lo disfrute y lo cuide, porque la plata no sobra”, afirmó Gutiérrez.