El primer día de clases es uno de los momentos más importantes en la vida, tanto para el niño como para los papás. A los tatas se les hincha el pecho de orgullo al ver a sus hijos uniformados y peinaditos listos para enfrentarse el mundo y por eso llenan sus redes sociales con fotos que inmortalizan el gran acontecimiento, algo que es peligrosísimo.
Esta acción hace a los papás reprobar en el examen de seguridad, pues dejan a los pequeños expuestos a ser atacados.
El lunes 10 de febrero cerca de un millón de niños y adolescentes iniciarán el curso lectivo del 2020, según datos del Ministerio de Educación Pública y probablemente las redes sociales se llenarán de fotos.
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La cosa no es jugando y más cuando, según datos del Poder Judicial, en el 2018 (último reporte) se recibieron 265 denuncias por seducción a través de dispositivos móviles, en los que 229 fueron víctimas adultas y 36 menores, de todos ellos solo un caso recibió condena.
Gloriana Eduarte, sicóloga del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) explicó que aunque la intención de subir la imagen no es mala, el solo hecho de que se vean detalles como el escudo en el uniforme o la fachada del centro educativo, hacen que los niños queden vulnerables ante los depredadores.
“Solo con ese dato alguna persona con malas intenciones puede ir a buscar al niño, ya sea para engañarlo y llevárselo o para hacerle algún daño, es decir, este es un tema serio en el que los padres deben hacer un uso responsable de la tecnología”, explicó Eduarte.
Aunque es triste decirlo, el exceso de datos llama la atención de depredadores sexuales, secuestradores, traficantes de personas o de órganos y de otros enfermazos más que están buscando la mínima pista para sacar sus garras.
“En ocasiones los papás también suben fotos en las que no se nota en cuál escuela están, pero en la publicación etiquetan el lugar, al final sin querer le están diciendo a la gente la zona en la que se encuentran.
“En otros casos se ha visto que los niños o adolescentes también tienen perfiles y en esa misma foto los etiquetan, solo con eso se dan más opciones para que ellos sean más fáciles de vulnerar”, agregó la sicóloga.
Aunque la información en estas plataformas es pública, la experta recordó que todas tienen filtros con los que se pueden compartir datos solo con personas más cercanas.
“El riesgo no está en subir la foto, es con quienes la compartimos. La recomendación principal es no compartirlas con personas que no son de confianza, por eso es mejor limitar el acceso.
"También se debe hacer un trabajo preventivo de decirle al niño que no debe hablar ni aceptar cosas de extraños”, mencionó la sicóloga.
Según datos proporcionados por el PANI, 93 de cada 100 papás de menores utilizan redes sociales. Al fenómeno de publicar este tipo de imágenes se le conoce como share parenting (compartir crianza) y se define como la práctica de un padre por dar a conocer fotos de sus hijos en la red.
Se debe respetar la imagen
De acuerdo con el Código de la Niñez y la Adolescencia en los artículos que van del 23 al 27, los padres y encargados de los menores deben respetar el derecho a la identidad, integridad, privacidad, honor e imagen de los menores.
En palabras de Patricia Hernández, gerente técnica del Patronato, esto lo que quiere decir es que los niños pueden solicitarle a sus papás no publicar sus fotos, sin importar la edad que tengan.
“Es difícil determinar que un niño o adolescente solicite eso, pero en caso de ocurrir, el PANI puede dictar medidas de protección, es decir, recomendarle a los padres no publicar más fotos si el menor así lo pide”, explicó Hernández.
De acuerdo con el Código Penal, la sanción por irrespetar esos derechos va desde los seis meses de prisión hasta los dos años. En cuanto a las penas menores a tres años, se establece que si el autor nunca ha cometido algún otro delito, recibirá un beneficio para no ir a la cárcel, pero si tiene antecedentes deberá cumplir la pena.
“Si se siguen violentando sus derechos podemos acudir a la vía judicial, ese sería un caso extremo porque podría ser que las imágenes sean denigrantes o que la petición del menor se ignoró”, afirmó.
Por otra parte, Carolina Sánchez, vocera de Claro en Costa Rica y quien maneja al dedillo el funcionamiento de las redes sociales, dijo que aunque una foto se borre, siempre quedará flotando en Internet.
“Lamentablemente estas fotos se pueden utilizar con fines comerciales y hasta sexuales sin que los padres se den cuenta. Lo que nosotros recomendamos es tener el control de la gente que aceptamos en las redes para evitar que una imagen de estas se utilice para otras cosas”, detalló.
Precisamente con el fin de evitar ataques en menores, Claro y la fundación Paniamor se unieron para lanzar la plataforma ementores.org que cuenta con recursos gratuitos para sensibilizar a los padres en temas relacionados con abusos o ataques.
Para consultas el PANI también tiene habilitada la línea 1147 y para denuncias el 911.