Uno de los mejores defensas centrales que tuvieron las bananeras de la Zona sur, José Cosme Suárez, se pegó tres tejitas con nuestro código de la suerte el pasado lunes 24 de setiembre.
Es un guanacasteco de la pura cepa, como dice él mismo “soy de la zona del país donde jamás envejecemos”, y lo dice con mucho orgullo a sus 85 años porque es de Carrillo de Nicoya y está bien pochotón.
“Toda la gallada buena para el fútbol hemos nacido ahí (en Carrillo)”, nos dice con alegría. De una vez recuerda que el papá del actual técnico de la Liga Deportiva Alajulense, Luis Diego Arnáez, don Napoleón Arnáez, era compañero suyo en la escuela.
También recordó que Jairo Arrieta es de ese cantón y que Kevin Briceño (ambos de Saprissa), es de por ahí cerquititica, de San Antonio. “Los buenos para el fútbol somos de esa zona, por ejemplo yo que toda la vida fui defensa en los equipos de las bananeras en la Zona sur, pero era defensa goleador”, dice sacando pecho.
Este guanacasteco de raíz nicoyana es un manudo por los cuatro costados y nos aseguró que ya su equipo calentó y ahora Arnáez y sus muchachos van a estar muy sólidos en los primeros lugares, para él ahora sí se viene el título 30 de los rojinegros.
Don José se ganó ¢150.000 en una tarjeta de regalo y un certificado canjeable en Münkel Centro Médico, el cual consiste en un Paquete de Salud por ¢150.000, que incluye masaje terapéutico, servicio de dentista para limpieza dental y hasta tres calzas, exámenes de sangre (hemograma) y consulta médica.
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“Soy un fiel lector de La Teja, me la leo toda, no puedo comenzar el día sin tener el periódico, lo disfruto mucho”, asegura el suertudo que ahora vive en El Porvenir de Desamparados y está casado con doña Rosalina Medina. Tienen tres hijos (Carlos, Berta y Nora) y dos nietos.
Con la tarjeta de regalo va a chinearse de lo lindo con su esposita, también guardará un poquitico de platica para diciembre porque es el mes en que más se gasta del año. Con el Paquete de Salud de Münkel Centro Médico, se va a dar una buena chaneadita.
Recordó con mucho cariño sus años de niño y joven en Carrillo, donde siempre le puso bonito al trabajo. “Yo hice de todo por ganarme la platica, fui agricultor, ordeñé vacas, aprendí a capar chanchos, montaba a caballo, en fin, hasta los 20 años hice todo lo que normalmente se hace en Guanacaste, puros trabajos de hombre pero de hombre de verdad”, aseguró con voz muy firme.