Daniel, un joven de 18 años que se encuentra privado de libertad en el Centro Penal Juvenil Zurquí, fue el ganador de la feria científica nacional en la categoría de química y este jueves se le hizo entrega del reconocimiento que lo hace acreedor de ese primer lugar.
Él es estudiante del Instituto Profesional de Educación Comunitaria (IPEC) de Santo Domingo de Heredia, que funciona dentro del centro penal, y según nos contó, tiene dos años y siete meses de estar en prisión.
Tiene una niña de dos años a la que no conoce y si le aceptan una readecuación de la pena, podría salir dentro de seis meses, sino, deberá esperar cuatro años más.
Daniel está aprovechando las oportunidades que se le dieron y agradeció a sus profesores por el apoyo y confianza depositada en él y asegura que les responderá siempre.
“El Daniel de antes es totalmente distinto al de ahora, he madurado y el otro quedó en el pasado. Cuando me lo propusieron pensé que podía aprovechar el tiempo en algo productivo, empecé a investigar sobre los efectos del BPA en el cuerpo que puede provocar varios tipos de enfermedades como cáncer, diabetes, presión alta, obesidad, esterilidad y saber que muy pocas personas saben sobre la escala que existe que va desde el 1 al 7. Los recomendables para usar son el 2, 4 y 5”, explicó el joven.
Valoren la familia
Les aconsejó a las personas que están en libertad que aprovechen hasta lo más mínimo porque cuando uno está en un lugar de estos, eso es lo que más extraña.
“El dinero, las joyas y cosas materiales no tienen ningún valor. La familia, los paseos, los recuerdos felices que uno tiene con ellos es lo que realmente importan. Aprovechen el tiempo, crezcan porque eso los puede ayudar cuando estén en libertad”, agregó
El proyecto que le valió el primer lugar se llama Disruptores endocrinos bisfenol A (BPA), efectos sobre la salud. Se trata de un químico que se utiliza en los plásticos para endurecerlos y que daña nuestro cuerpo.
“El sistema endocrino es el que se encarga de las hormonas y cuando se afecta por estos plásticos, no permite que los mensajes que manda el cerebro a las hormonas se ejecuten bien, al interrumpirse, causa varias enfermedades.
"Nosotros en nuestro entorno todos los días tenemos contacto con el plástico, al calentar los almuerzos en el trabajo, a cierta temperatura, el plástico suelta esa sustancia química y contamina nuestros alimentos y hasta el agua y empieza poco a poco a convertirse en una bomba de tiempo que cuando estalla, desencadena en las enfermedades mencionadas”, explicó el joven.
Aún no tiene claro qué estuadiará, pero sí que le gustaría una carrera de Ciencias Sociales que le permita ayudar a otras personas como la Sicología o el Derecho.
Además de la parte científica, él aprendió a hacer artesanías y hasta integra grupos de baile, lo que indica que está aprovechando al máximo de su tiempo en cosas productivas.