José María Castro Madriz, vecino de Moravia y quien el pasado 26 de setiembre cumplió 45 años, es primo quinto del expresidente y fundador de la República, José María Castro Madriz.
Al actual Castro Madriz le tocó, por esos gustos que se da el destino, diseñar la moneda conmemorativa del bicentenario de nuestra Independencia. Desde 1949 un tico no diseñaba una moneda de circulación nacional.
Nos explica don José María que por el lado de su papá, don Rodrigo Castro Mattei y de su mamá, doña María Elena Masis Oses, le corre sangre del expresidente Castro Madriz, de hecho, el lazo familiar es más cercano por el lado materno, es primo quinto.
“Mi papá me puso el nombre en honor al expresidente, por eso ese sentimiento patriótico, ese amor por mi país siempre ha estado presente en mi vida, viene en el ADN, así lo aprendí y así lo respeto.
“Mi pasión por la historia y mis estudios de diseño se unieron para terminar siendo el que diseñó la moneda conmemorativa del bicentenario. Creo que el destino todo lo acomodó porque no hay otra forma de explicar cómo un José María Castro Madriz termina aportando a las celebraciones de los 200 años de independencia”, fue lo primero que nos comentó.
El primo de nuestro último jefe de Estado y nuestro primer presidente aseguró que los fundadores de nuestra patria estuvieron muy presentes en el diseño.
“Soy un profundo admirador de José María Castro Madriz, de Braulio Carrillo Colina (jefe de Estado en 1835 a 1842, considerado el arquitecto del Estado costarricense) y Ricardo Jiménez Oreamuno (tres veces presidente del país), siempre pensé en ellos, en todo lo que hicieron, para el diseño de las monedas. Nunca dejé que sus logros y su amor por el país dejaran de estar presente en el proceso”, asegura don José María.
El diseño
La moneda conmemorativa es de ¢500, tiene dos metales y un diámetro de 28 milímetros, por lo que es más pequeña que la actual.
Es de un grueso de 2,25 milímetros y pesa 10,5 gramos. Está hecha de un núcleo plateado de cobre y níquel, y un anillo externo dorado de cobre, zinc y níquel, que forman una sola pieza. Es fabricada con una fusión de materiales reciclables y se diferencia fácilmente de las monedas actualmente en circulación.
En una cara tiene el monto de lo que vale, en puro centro tiene el 500 en relieve para que se puedan sentir esos números con los dedos, además, en la parte superior dice “República de Costa Rica” y en la parte inferior “Banco Central de Costa Rica”.
Tiene lo que se conoce como una imagen latente de alta seguridad: al girar la moneda hacia los lados se observa cómo cambia el valor “500″ por las siglas “BCCR” y en la parte de abajo tiene cinco barras en alto relieve para facilitar el reconocimiento de la moneda a las personas con discapacidad visual.
En la otra cara tiene el diseño que festeja los dos siglos de Independencia. En la parte de arriba dice: “200 años de Independencia” y en la parte de abajo “1821-2021″, además, tiene las palabras libertad, paz y democracia.
Al centro de esa cara de la moneda tiene una esfera que en la parte central destaca en relieve el mapa de Costa Rica con sus cordilleras. Por primera vez en la historia de las monedas costarricenses se mete el mapa a la isla del Coco, integrándola de esta manera como parte de nuestro territorio.
A partir del próximo mes de noviembre se pondrán a circular en todo el país 5 millones de estas monedas. La cantidad fue pensada para que cada habitante de Costa Rica tenga una.