Cuando Costa Rica se independizó, hace 200 años, los que celebraremos el próximo 15 de setiembre, nuestros antepasados no usaban billetes como los conocemos ahora, por lo que con la libertad también nació una historia tan curiosa y llena de pifias que hasta una mujer, de pata pelada, demandó al banco por usar una foto suya en los primeros billetes sin su permiso.
Pero empecemos por el principio, ya ahorita le contamos esa pacho.
Para antes de la independencia, lo que acostumbraba la gente era usar una especie de vales en los que ponía en un papel la deuda a pagar y se la daba a otra persona firmada por detrás, como señal de pago, aunque no se viera la plata de por medio, claro, en aquellos años la palabra sí valía mucho.
“No los emitía ningún banco, tan solo usted agarraba un papel, tipo un recibo de dinero o ya más formal una factura y ahí constaba que usted le debía a fulanito 50 pesos y que debía pagarlos a determinada fecha a más tardar”, recordó Manuel Chacón, curador de numismática de los Museos del Banco Central de Costa Rica.
Cuando ya tocaba pagar usaban las monedas de plata y oro emitidas por España, estas sí eran muy usadas por los papudos, el pueblo de a pie tenía que jugársela más con vales.
Los primeros billetes con sello tico se crearon en 1858, durante el gobierno de Juan Rafael Mora Porras, quien creó el primer Banco Nacional de Costa Rica, pero nada que ver con el que conocemos hoy en día. Ese era privado, propiedad de Crisanto Medina, un argentino, pero por las malas inversiones, cerró al año.
Emitieron billetes de uno, dos, cinco, diez y 20 pesos, que era como se llamaba la moneda tica de entonces, pero esas cantidades eran como decir los billetes de 20 mil actuales, que lo que permitían era aliviarle literalmente la carga por el peso de andar tantas monedas de oro y plata en la bolsa.
“Algunos de esos billetes representaban el salario de un mes de un trabajador agrícola en esa época que rondaba los 12 pesos, algunos podían representar más que el valor del billete de 50 mil actual (que ya no circula) para que se dé una idea”, agregó Chacón.
La mayoría de ciudadanos pulseadores como usted y yo, con costos usaban las monedas de plata de 5, 10 y 25 centavos.
Nace el colón
Fue hasta en 1896 que la moneda tica pasó de pesos a colones.
Una particularidad es que todos los bancos que existían en el país, con un capital mayor a un millón de pesos, podían emitr sus propios billetes, pero con la crisis ocasionada por la Primera Guerra Mundial varios quebraron y en 1921 se estabeció que solo el Estado tendría esa responsabilidad.
Eso sí, desde un principio se acostumbró a incluir la imagen de una persona, animal o edificio para ilustrar el dinero, por ejemplo, los de 1858 traían la figura de Juan Rafael Mora y algunos campesinos trabajando la tierra.
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Sin permiso
Otro que nos echó la mano con esta nota fue el investigador de numismática y autor del libro “Reseña Histórica de Personajes y Actividades Productivas en Billetes de Costa Rica” quien nos contó que la primera mujer que salió en un billete tico fue doña Esperanza Castro Castro, nacida en Grecia, Alajuela.
“En 1920, en una visita que realizara a la casa del Dr. Pinto, el fotógrafo Manuel Gómez Miralles, se decide a tomarle unas fotografías a las empleadas, por lo que las jóvenes improvisan y se adornaban con una cortina y otros accesorios para representar a la campesina costarricense. Doña Esperanza aparece descalza con un metate (instrumento utilizado por los indígenas para moler maíz) y con un pañuelo sobre su cabeza.
“En 1933, un representante de la casa manufacturera de billetes Waterloo y sons de Londres, Inglaterra, ve la foto y la escoge con acuerdo de la junta directiva del Banco Nacional para la emisión de los nuevos billetes, pero cuando doña Esperanza se entera que aparecía en los billetes de cincuenta se sorprende y demanda al banco por cincuenta mil colones, un platal para esos tiempos, pero el abogado la hizo firmar un documento en el que cedía la plata sin darle nada a cambio a ella” recoge la investigación de Barrantes en su libro.
Otro billete con una curiosidad muy llamativa es el de diez pesos, que en la parte de atrás tiene la imagen del último cacique de Costa Rica, Antonio Saldaña, pero en la foto que usan, pusieron a Guillermo Gabb, quien se presume fue su asesino, pequeña gran pifia.
El más bonito
Uno de los billetes más llamativos e importante en la historia de nuestro país es el de cinco colones, que salió por primera vez en 1968 y aún es común que muchos lo anden en la cartera para la buena suerte o lo guarden con cariño en sus casas.
Está considerado dentro de los billetes más hermosos del mundo y es el billete que más ha sido emitido (64 millones ) desde 1969 hasta 1993.
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