EscucharAunque algunos afirman que hay varios por ahí escondidos, decidimos bautizar a José Pablo Hernández como el primer "taxuber" del país.
Así es, este vecino de Santa Ana es chofer de taxi rojo y de Uber al mismo tiempo, una mezcla que llama mucho la atención porque eso es como toparse a un manudo saprissista.
Pues bien, La Teja se montó en la nave del "taxuber" para conocer la historia desde el terreno y lo cierto es que quedamos encantados con el servicio.
José Pablo tiene siete años de haber adquirido la placa del taxi, un trabajo al que dice tenerle mucho más cariño que al Uber por el tiempo que lleva en eso.
Pero como la situación del país está más dura que pan de tres días, el hombre se puso a volar coco en entrarle también a Uber; habló con la esposa y como ella le dio luz verde, se mandó. Vendió su Hyunday Accent del 2002 y se rajó con un Daihatsu nuevo para afrontar puras tejas la doble función.
La nueva aventura de este pulseador comenzó en noviembre del 2017, cuando en Uber no le pusieron peros para que diera el servicio con el carrito rojo y, según la aplicación, lleva un mes rodando.
"Diay, mae, como dice el dicho, si no puedes contra ellos, úneteles", dijo José Pablo Hernández cuando le preguntamos por la decisión que tomó.
Este santaneño explica que está muy contento con lo que hizo porque desde que es taxista y chofer de Uber le va muy bien.
"Me va mejor que a cualquier taxista y que a cualquier uber porque puedo hacer de las dos. Si, por ejemplo, sale un viaje en la aplicación lo agarro, pero si cuando estoy libre y no sale nada, alguien me hace parada, pongo la maría y listo", detalló.
Sorpresa en la puerta
¿Cómo reaccionan los clientes de Uber cuando ven que los llega a recoger un taxi rojo?
Pues, según dice José Pablo, no hay cliente que no se sorprenda y casi que a todos debe decirles que el chofer de Uber es él porque, como es lógico, los clientes buscan con la mirada un carro particular, no uno rojo.
A José Pablo no le da miedo lo que piensen sus colegas taxistas y tampoco es que le andaba contando a todo el mundo por aquello de que algunos se pusieran en varas.
Aparte, recalca que no está haciendo nada ilegal porque, al final de cuentas, tiene permiso para transportar personas.
De hecho, como mencionábamos al inicio, José Pablo nos confesó que tiene varios compas taxistas que hacen lo mismo, pero andan calladitos.
Este "taxuber" entiende que algunos de sus colegas rojos se chiveen, sobre todo por las trabas que les ponen a ellos para adquirir una placa y que para ser chofer de uber sea tan sencillo.
Sin embargo, también dice que muchos de ellos han equivocado la estrategia. Opina que para competir con Uber lo peor es pelear, se trata más bien de ofrecer un excelente servicio o, como en el caso de él, unírseles.
"A mí me va muy bien, de hecho tengo excelentes comentarios y calificación en la aplicación y cuando los clientes se dan cuenta de que también soy uber me dicen que qué bueno porque la gente también usa los dos servicios", expresó.
Lo que dice es verdad, nos metimos a la App a buscar el perfil del hombre y mantiene el promedio de 5 estrellas (la mayor calificación en Uber), dos reconocimientos de los usuarios por buena conversación (porque es bien hablantín), dos por excelente servicio y uno por amable.
Pero, ¿cómo no va a ofrecer un excelente servicio si nos contó que además de los estudios que tiene habla inglés y estudia portugués en línea?
Este "taxuber" pulseador dice que la salvada de tener doble función es que gana por todo lado, por ejemplo, los viajes son más constantes, aunque como taxista consigue viajes que dejan más.
Por ejemplo, dice que cuando era solo taxista podía hacer unos 35 mil colones al día trabajando unas 10 horas; mientras tanto, con Uber, en la misma cantidad de horas, puede hacer hasta 60 rojitos. ¡Cuidado pierde!
Así que si un día pide un Uber y le llega un taxi rojo, no se asuste, es el taxuber que llegó por usted.
